domingo, 14 de marzo de 2010

LAS MUJERES Y EL SACERDOCIO


Si Dios dio gracia a algunas buenas mujeres, revelándoles algo santo y bueno a través de su Sagrada Escritura, ¿Tienen ellas que, por causa de los difamadores de la verdad, atreverse a no escribirlo, no hablarlo o no declararlo a los demás? ¡Ah! Puede ser demasiado impúdico cubrir el talento que Dios nos ha concedido, nosotras que debemos tener la gracia de perseverar hasta el fin. ¡Amén!

MARIE DENTIÈRE

I. SOLA FE, SOLA GRACIA, SOLA ESCRITURA, ¿SÓLO VARONES?

Para Martín Lutero la estructura eclesiástica era posible de reformar y debería estar orientada al servicio. ¿Cuál es la relación entre esta comprensión y el Sacerdocio Universal de los Creyentes? La estructura jerárquica de la iglesia no debe estar integrada solamente por hombres. La Reforma Protestante del siglo XVI fue muy revolucionaria en su época, porque apuntaba a crear cambios en la estructura misma de la Institución. ¿Podemos nosotros hombres y mujeres miembros de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México crear cambios en la estructura de nuestra Iglesia?

El sacerdocio universal de los creyentes es una relectura que hace Martín Lutero de la teología paulina. Todos tenemos la condición de pecadores hombres y mujeres, y si Jesús nos rescata del pecado a todos y todas por igual, por lo tanto no hay justificación para considerar a unos puros y a otras pecadoras. Es decir ni los hombres son totalmente puros, ni las mujeres somos totalmente pecadoras. Todas y todos somos justos y pecadores al mismo tiempo, dignos y dignas del sacerdocio.

Bajo la luz del sacerdocio universal del los creyentes deberíamos plantearnos la necesidad de revisar nuestro modelo de iglesia presbiteriana en México. Lutero afirma en El manifiesto a la nobleza cristiana de la nación alemana que todo cristiano es sacerdote, también afirma que las Escrituras son inteligibles para los creyentes, defiende el libre examen personal y el derecho de todo fiel cristiano de apelar al concilio. Este es el planteamiento del desarrollo de la doctrina del Sacerdocio Universal de los Creyentes. La capacidad transformadora del Sacerdocio Universal de los Creyentes es capaz de promover innovaciones y renovaciones en nuestra INPM.

El sacerdocio universal de los creyentes se diferencia del sacerdocio ministerial únicamente en que en el primero todos los hombres y mujeres somos sacerdotes por medio del bautismo. Lutero decía que el bautismo es el que nos capacita para participar del sacerdocio de Cristo. En el bautismo todos somos llamados a servir, sin distinción. El sacerdocio universal de los creyentes es uno de los principios motores de la Reforma Protestante. Reconoce en el seno de la iglesia la igualdad de todos los bautizados, pastores y laicos. El pastor o pastora protestante no es superior a ningún creyente, sólo tiene una función específica, que es de servicio a la comunidad.

Cuando somos recibidos por el sacramento del bautismo, hombres y mujeres gozan de todos los derechos, privilegios y responsabilidades de la comunión de los santos. De este principio reformador, se desprende el acceso de la mujer al ministerio ordenado en las iglesias protestantes. Dios nos autoriza por medio del bautismo al sacerdocio común de los fieles. Si Dios nos autoriza para el sacerdocio común y no nos limita para el sacerdocio ministerial, no hay ningún motivo o impedimento justificado que impida que las mujeres sean ordenadas al ministerio pastoral.

Hombres y mujeres somos iguales ante Dios, por lo tanto dentro de la iglesia no deberíamos hacer distinción entre ministerios masculinos y ministerios femeninos, pues simplemente existen ministerios y hombres y mujeres que son llamados por Dios a cumplirlos.

Si nuestra INPM acepta la doctrina del sacerdocio universal de todas y todos los creyentes y la doctrina calvinista de la soberanía de Dios, ¿cómo pueden los hombres de nuestra INPM decirnos a las mujeres, miembros de la misma, miembros del cuerpo de Cristo que no podemos, ni debemos aspirar a los distintos ministerios ordenados? ¿Cómo pueden ellos acallar un llamado que sólo hace Dios a través del Espíritu Santo? ¿Cómo pueden ellos interponerse a la voluntad de Dios sobre sus siervas?

Cuando se niega la ordenación a las mujeres no sólo se dejan de lado sus dones, sus perspectivas y se violentan sus derechos humanos. No sólo es cuestión de igualdad de género, también se violenta el ejercicio libre de su ministerio, se violenta la libertad de obedecer a Dios en el llamado que Él nos hace al Santo Ministerio por medio del Espíritu Santo, se deja de lado la soberanía de Dios, y esto ¡es una blasfemia!

II. ECCLESIA REFORMATA ET SEMPER REFORMANDA

Definitivamente, el movimiento de la Reforma Protestante fue un movimiento de renovación. Somos una iglesia reformada ¿Qué hace falta reformar en nuestra iglesia? ¿Hasta dónde estamos comprometidas a involucrarnos en esta reforma?

En nuestros días, ¿cómo es Ginebra? ¿Cómo son las iglesias reformadas en el mundo? ¿Cuál es la trascendencia que ha tenido la Reforma sobre la vida de las mujeres? En Ginebra, por ejemplo, se encuentra la pastora y teóloga Isabelle Graesslé, primera mujer moderadora de la Compañía de Pastores y Diáconos de la Iglesia Protestante en Ginebra, puesto que ocupó el reformador Juan Calvino. La gran mayoría de iglesias reformadas en el mundo ordenan mujeres al ministerio pastoral, ancianato y diaconado, en Europa, América del Norte, Centro y Sur, el Caribe, Australia, etcétera. ¿Por qué la INPM continúa sin permitir la ordenación de las mujeres?

Hemos celebrado los 500 años del natalicio de Juan Calvino, lo que nos recuerda que somos una iglesia que vive en un proceso continuo de reforma y renovación. Ahora es el momento de recuperar el gran lema de la Reforma, Ecclesia reformata et semper reformanda, y recurrir a él para afrontar los problemas de la vida y el testimonio de la actualidad.

En un inicio, no se proponía crear nuevas iglesias sino renovar la misma, desde dentro. ¿De qué manera somos agentes de la renovación dentro de la INPM? ¿De qué manera promovemos la igualdad de la mujer dentro de nuestra Iglesia?

Los tiempos de la Reforma fueron tumultuosos y se caracterizaron por escabrosos debates y luchas. Generalmente el cambio trae consigo miedo, miedo al mismo cambio, miedo a que la situación sea diferente aun cuando prometa ser mejor. Desde mi muy particular punto de vista cuando se impide a las mujeres llegar a ser ordenadas como ministros de culto es por miedo. Cuando la iglesia decide aferrarse a su situación y no promover un cambio desde la raíz, se vislumbra como un ser atrofiado, tullido y sin vida.

El espíritu de la Reforma nos llama a promover la renovación y la reforma continua en nuestra Iglesia hoy, a mirar a hacia al futuro a responder a los cambios que son urgentes forjar si queremos que nuestra INPM trascienda la agonía. Nos llama a confrontar y desafiar al sector conservador que justifica y sustenta el sistema patriarcal, que durante tantos años ha sostenido las estructuras de nuestra sociedad. Sobre todo porque en casi todas las iglesias protestantes del mundo ha habido una sensibilizació n en lo que respecta a la situación de las mujeres y han sido pioneras en la reivindicació n de la inserción y participación de la mujer en todos los ámbitos que configuran la vida de una sociedad.

¿Qué papel representan las mujeres en las iglesias protestantes hoy día? Sería mentira decir que en todas las iglesias protestantes se ha practicado la igualdad entre hombres y mujeres. En las iglesias protestantes podemos encontrar grupos en los que hay un fuerte compromiso con la causa de las mujeres y éstas tienen pleno acceso a todos los ministerios ordenados y cargos eclesiásticos así también hay grupos que promueven todo lo contrario negando los principios de la reforma.

Hago un llamado a todas mis hermanas a las que tienen el llamado de Dios para servirle en un ministerio pastoral, como o a las que desde su lugar quieren trabajar en la obra de Dios para prepararse teológicamente, para seguir estudiando en los distintos seminarios, a no tenerle miedo a la palabra “teología”, teología quiere decir pensar y hablar acerca de Dios a partir de sus propias experiencias y su propia lectura de la Biblia.

Que las mujeres seamos voz y no eco. Que hablemos por nosotras mismas, que hablemos a favor de otras mujeres, a favor de nuestras pastoras, de nuestras misioneras, de nuestras hijas, de nuestras hermanas, de nuestras nueras. Siempre la mujer a favor de la misma mujer.

Muchos hombres y mujeres expusieron su vida por la reforma, por la renovación eclesiástica, sus vidas tuvieron un objetivo común. ¿Hasta dónde podemos como mujeres comprometer nuestras vidas para renovar la I.N.P.M. en cuanto a la igualdad de género? ¿Podremos las mujeres luchar unidas por nuestras hermanas?

Estamos llamados a participar en la obra de Dios de transformar este mundo, y a volvernos fuerzas positivas e influir en nuestras comunidades.

Señor, Dios padre y madre, que la luz de tu presencia anime esta celebración e inspire nuestras vidas.

Por una Iglesia Reformada siempre reformándose.

Bibliografía
Bainton,Roland H. Women of the Reformation in France and England, Boston, Beacon, 1975.
_____, Women of the Reformation in, Germany and Italy, Minneapolis, Augsburg, , 1975.
Cassese, Giacomo y Eliseo Pérez Álvarez, eds., Lutero al habla. México, varias editoriales, 2005.
Cervantes-Ortiz, Leopoldo, ed., Juan Calvino: su vida y obra a 500 años de su nacimiento. Terrasa (España), CLIE, 2009.
Madigan, Kevin y Carolyn Osiek. Mujeres ordenadas en la iglesia primitiva: una historia documentada. Estella (España), Verbo Divino, 2006.

Por Amparo Lerín Cruz

domingo, 7 de marzo de 2010

MANIFIESTO POR LA EXCOMUNIÓN



Actus formalis defectionis ab Ecclesia catholica

Nosotros, miembros de la Federación Internacional de Ateos, haciendo uso de nuestra plena libertad y con absoluta conciencia del significado y el alcance de nuestra petición, deseamos manifestar al Pontífice romano y a los obispos del mundo, así como a los responsables máximos de la Iglesia católica, y en especial a los de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo siguiente:

Reconocemos en la Iglesia Católica a la corporación más intolerante, homicida y destructiva de cuantas históricamente han existido. Reconocemos en su doctrina una ideología del odio y de la guerra, y un retablo de falsedades, trampas, contradicciones, engaños y ridiculeces erigido con el único fin de anular la inteligencia y denigrar la razón. Reconocemos en la moral cristiana un cloroformo destinado a neutralizar el placer y la imaginación, a hacer de nuestros cuerpos el más cercano enemigo y a trocar la virtud en sumisión. Reconocemos en el Papado a un emisario de la tortura y de la mentira, a una marioneta de los intereses del Estado fascista vaticano. Reconocemos en el alto clero a una banda de parásitos sociales, ávidos de poder y de saqueo. Reconocemos en los fieles católicos a una humanidad engañada, por la que sentimos solidaridad y compasión. Reconocemos en todas las víctimas del terror religioso la prueba definitiva de vuestra culpabilidad.

Y por lo tanto, os acusamos públicamente:

De haber condenado a muerte a millones de individuos, por colaborar con vuestras instrucciones a la expansión del VIH/SIDA. De practicar relaciones simbióticas con toda clase de totalitarismos, de fomentarlos, de justificarlos y de prostituiros ante ellos. De bendecir a los asesinos y a los tiranos. De proclamar santas cruzadas contra las mujeres y los hombres que han dudado de vuestra verdad. De esclavizar a los débiles. De adular a los generales y a los caudillos. De fomentar el odio a los cuerpos, a la felicidad y al placer. De insultar a la inteligencia, y de pretender someterla a vuestra absurda y primitiva teología. De jerarquizar los géneros, las relaciones y los sentimientos, de acuerdo con la moral siniestra que practicáis. De imponer vuestras fobias como sagrados mandamientos. De atacar sistemáticamente las libertades individuales y colectivas. De saquear a los pueblos, sin tregua y con total impunidad, por medio de vuestros acuerdos diplomáticos, de vuestros Concordatos y de vuestras alianzas con el poder político. De traficar con la infancia. De fornicar con ella. De mentir. De abusar. De discriminar. De encubrir a los pederastas. De haber creado la Santa Inquisición. De encender hogueras que todavía no han cesado de arder. De despreciar a la ciencia y al conocimiento. De torturar, de masacrar y de ocultar la verdad histórica. De manipular la memoria colectiva. De perpetuar vuestra ideología inyectándola en las mentes infantiles. Y de instigar, conspirar, falsificar e imponer mediante la violencia vuestro delirio patológico.

Y por añadidura os informamos de:

Que en los Estatutos de nuestra Federación se definen de forma diáfana los objetivos a los que deseamos dirigirnos, consistentes en denunciar y erradicar la influencia social y cultural; en luchar contra la implantación del “hecho religioso” y contra los privilegios económicos y políticos de los que disfrutan la religión y sus instituciones; en la difusión del ateísmo como alternativa racional frente a la superstición religiosa; y en la defensa y expansión del racionalismo y del librepensamiento.

Tras todo lo cual, exigimos, apelando a vuestra presumible coherencia:

Que, en declaración eclesiástica y por oficial escrito, sea emitida CONDENA DE EXCOMUNIÓN PÚBLICA a TODOS los miembros, actuales y futuros, de la Federación Internacional de Ateos, no dejando así duda alguna en cuanto a la negativa absoluta, por nuestra parte, a seguir perteneciendo, en los casos en los que así conste, al cómputo de los fieles de la secta católica.

Rechazamos enérgicamente vuestra doctrina, vuestro culto, vuestra moral y vuestro cuerpo dogmático. Apostatamos de la fe católica (art. 1364). Suscitamos desprecio contra la Iglesia (art. 1369). Inducimos a la desobediencia frente a ella (art. 1373). Y, aún más importante, nos esforzamos en aquello que, según vuestro particular lenguaje, contribuye a “maquinar” contra la Corporación (art. 1374). Es decir, en denunciar, en hacer públicas y en exponer las actividades criminales presentes y pasadas en las que esté involucrado el clero católico, y en iniciar acciones concretas tendentes a destruir la influencia que éste mantiene sobre la cultura, la política y la sociedad.

Por Francisco Miñarro, Coordinador.

viernes, 5 de marzo de 2010

Y SIN EMBARGO SE SABE


el artículo central del “Journal of Marriage and Family”, la revista de investigación científica interdisciplinaria que desde hace 60 años edita el Consejo Nacional de Relaciones Familiares de los Estados Unidos está dedicado al desarrollo de los niños y niñas criados en familias homoparentales o diversas, siguiendo el estudio realizado por Timothy J. Biblarz de la Universidad del Sur de California y Judith Stacey de la Universidad de Nueva York. Y el resultado final de esta investigación publicada bajo el título de “¿Qué tanto importa el género de los padres?” llega a la conclusión de que “con excepción de la lactancia, no se han encontrado evidencias de una correlación exclusiva entre género y habilidades de crianza, muy poco sobre el género de los padres tiene un significado real para el ajuste psicológico de los niños y el éxito social”.

En este trabajo, Biblarz y Stacey ampliaron un estudio propio anterior sobre género y familia al que sumaron el análisis de investigaciones primarias y secundarias sobre paternidad, madres solteras y hogares con un solo padre, padres homosexuales masculinos y madres lesbianas. Al igual que otros informes previos, los resultados determinan que entre familias heterosexuales y homoparentales hay más semejanzas que contrastes. Y varias de esas diferencias se presentan como favorables, ya que según el estudio, en comparación las familias diversas tienden a pasar más tiempo de juego con sus hijos proveyéndoles un ambiente estimulante, a ser menos propensas tanto a utilizar castigos físicos como a propiciar conductas machistas o estereotipadas de género. Los niños y niñas criados en estos hogares suelen mostrar una mayor madurez emocional y flexibilidad ante la diferencia.

Todo ello a pesar de que el informe destaca también que en los núcleos familiares estudiados de gays y lesbianas se evidenciaría en general un aumento del estrés, correspondido por la falta de reconocimiento legal del compromiso entre sus integrantes.

En conclusión, sostiene Stacey: “El tipo de familia que es mejor para los niños es aquel que puede asegurarles una crianza responsable, comprometida y estable. Dos padres son en promedio mejor que uno, pero si un solo padre es realmente bueno es mejor que dos que no lo son tanto. El género de los padres no es realmente lo que importa”.

Eso es todo. Ahora, si el amable lector no experimenta sorpresa alguna ni siente que el velo de la ignorancia se ha caído frente a sus ojos, a no alarmarse. Puede que sea porque al igual que esta cronista pertenece a la tribu de los que creemos que en una familia aplica más el principio beatle de “todo lo que necesitas es amor”.

En mi caso no es sólo candidez, se suma también cierta extrañeza al ver cómo de años de invisibilizació n, las familias diversas pasan a ser la “frutilla de la torta” de la investigación académica, terminando por ocupar el cuadro de honor del “Journal of Marriage and Family”.

El dogmatismo no viste de la misma manera en todos lados, puede encontrárselo en ámbitos religiosos, escolásticos, jurídicos o políticos, pero cuando menos se lo distingue es al estar apoltronado en lo que llamamos “sentido común” ese cómodo sofá que nos invita a librarnos de pensar por nosotros mismos.

Ese es el mayor problema con los dogmas, que lo que está vivo se transforma en algo inanimado, estático, casi inerte. Algo que poco tiene que ver con la travesía del deseo recreando en otros a un “nosotros”: una familia que se elige y se reúne como una manada en constante viaje. Marcha que puede parecer imperceptible, pero que al igual que la tierra, sin embargo se mueve.

Por Andrea Majul