martes, 25 de octubre de 2011

II. HOMOSEXUALIDAD EN EL ANTIGUO TESTAMENTO



Los textos veterotestamentarios tradicionalmente relacionados con la homosexualidad pueden ser divididos en tres bloques:

a) El pecado de Sodoma: Gn 19, 1-29. Al analizarlo tendremos que hacer el paralelo con Jue 19, 22-30, que también tiene relación con nuestro tema. Estos textos aparecen como parte de la historia del pecado y de la alienación creciente del hombre.

b) Los "prostitutos sagrados": Dt 23, 17; 1R 14, 24; 15, 12; 22, 46; Job 36, 14. Se trata de textos que condenan en primer lugar la sacralización pagana de la prostitución varonil, ocupándose, pues, de la homosexualidad ejercida en los lugares sagrados durante los cultos orgiásticos.

c) La prohibición del Levítico: Lv 18, 22; 20, 13
Prácticamente no hay divergencias entre los autores en la lista de los textos que deben ser tenidos en cuenta (5).

2.1 El pecado de Sodoma
Hay varios intentos de interpretación exegética de Gn 19, 1-29, que es de los textos más clásicos para el rechazo de la homosexualidad. Tradicionalmente se ha asociado la causa de la destrucción de Sodoma y Gomorra con el "pecado contra la naturaleza", que toma su nombre de este relato. De aquí la alusión a "sodomitas" (o"sodomía") para referirse a lo que hoy llamamos homosexuales (u homosexualidad) (6).

Según la interpretación tradicional, esas dos ciudades de orillas del Mar Muerto habrían sido destruidas por sus nefastas prácticas homosexuales entre varones, que provocaron el extremo castigo de Dios bajo la forma de una lluvia de fuego.

Esta interpretación ha sido claramente cuestionada en los últimos tiempos. Veremos básicamente la opinión de algunos exégetas importantes para el estudio de este relato: se trata de los estudios de Jan Hartman (7), D.S. Bayley (8) y del ya mencionado Mc Neill. Metodológicamente iremos contestando algunas preguntas importantes para la comprensión del texto.

2.1.1 ¿Eran los habitantes de Sodoma homosexuales?

Hartman indica que la interpretación clásica de este relato se basa en el siguiente silogismo:
a) Dios les tiene repugnancia a todos los degenerados
b) Los degenerados de Gn 19 son unos homosexuales
c) Dios les tiene repugnancia a (todos) los homosexuales.

El mayor problema de este silogismo, según este autor, es que la premisa "b" es falsa. Para probar esto hay que estudiar este relato en un contexto literario más amplio. En concreto hay que relacionarlo con el capítulo 19 de Jueces, pues los dos relatos tienen bastante en común. Según el exégeta alemán C. Westermann, podemos hacer una sinopsis entre la estructura de los dos relatos:
Llegada y alojamiento Gn 19, 1-3 Jue 19, 15-21
________________________________________
Cerco y neutralización del ataque: Gn 19, 4-11 Jue 19, 22-25

+ Ataque de hombres, sus demandas, su(s) huésped(es) Gn 19, 4-5 Jue 19, 22
+ Oferta anfitrión: dos mujeres Gn 19, 6-8 Jue 19, 23-24
+ Negación y amenaza Gn 19, 9 Jue 19, 25a
+ Neutralización ataque por huésped(es) Gn 19, 10-11 Jue 19, 25b

En los dos relatos se quiere violar al huésped, se "ofrecen" dos mujeres, y los hombres de la ciudad niegan la oferta. En el caso de Gn 19 negar la oferta de las dos vírgenes siempre se ha interpretado como expresión de la homosexualidad de los hombres de Sodoma. Pero Hartman destaca que debemos observar que también los hombres de Guibeá (Jue 19) niegan la oferta de dos mujeres: la hija virgen del anfitrión y la concubina del levita (9).
Por lo tanto los hombres de Guibeá tuvieron la misma actitud de los de Sodoma: querer tener relaciones con un hombre y rechazar la relación con una mujer. Si interpretamos esta actitud como movida por "deseos homosexuales", tendríamos que decir, como se ha manifestado tradicionalmente, que aquellos serían igual de homosexuales que estos. Pero veamos los siguientes argumentos:

- Si las intenciones de los hombres de Guibeá hubiesen sido interpretadas como "deseos homosexuales", ¿por qué al anfitrión y al levita no se les ocurrió sacrificar al criado del levita para satisfacer estas necesidades supuestamente tan específicas? El muchacho debe de haber estado allí, pues es mencionado en los vv. 3.11.12.19.

¬Tanto en Gn 19 como en Jue 19 se sugiere que una parte significativa de la población masculina participó del asalto. En Sodoma: todo el pueblo, ¡desde el más joven hasta el más viejo! (Gn 19, 4), y en Guibeá: "los hombres de la ciudad" (Jue 19, 22). Sería un absurdo pensar que una ciudad entera sea homosexual.

¬Estos argumentos ganan más peso y se comprenden a partir de la siguiente explicación de Mieke Bal en el análisis del libro de Jueces (10): el fundamento de cualquier violación es el odio, no la preferencia o inclinación sexual. Por eso es que muchas veces la violación "homosexual" es efectuada por "heterosexuales". No vale la pena entrar en detalles sobre las razones de por qué ese odio se dirigió primero a los varones, pero conviene comentar que algunos estudios lo atribuyen, en el caso de Guibeá, a un cambio profundo en la sociedad que pasa de patrilocal a virilocal (11). En el caso de Sodoma puede haber sido porque con esos dos mensajeros se rebasaba la cuota de extranjeros en la ciudad y las costumbres de Sodoma se veían amenazadas.

¬Junto a esto hay que destacar que tanto los mensajeros de Dios de Gn 19 como el huésped del hombre de Guibeá, toleran que el anfitrión ofrezca a sus hijas como mercancía (en el caso de Jue 19 hasta la mujer del huésped) para sustituir a las "víctimas masculinas" en la cruel negociación. Esto se debe a que la amenaza de una violación sexual por seres del mismo género no cabe en la mente de un heterosexual hebreo y eso es justamente lo que los atacadores heterosexuales tanto de Sodoma como de Guibeá convierten en su arma más poderosa (12). Tanto es así que el levita no solo pasa por alto a su criado en las negociaciones, como ya hemos dicho, sino que además prefiere no comentar que casi fue víctima de un acto de ese tipo (cfr. Jue 20, 4-5).

Por todo lo dicho, tanto la premisa "b" mencionada al inicio es falsa como también lo es la conclusión "c". De esta forma concluye Hartman que la tradición "invirtió el crimen cometido por violadores heterosexuales en crimen de homosexuales" (13).

Creo que podemos aceptar como válida la opinión de Hartman. De hecho, se relativiza que la condenación contra Sodoma sea principalmente por causa de la homosexualidad de sus habitantes. Sin embargo, no es difícil captar su falencia: aunque sea cierto que los violadores hayan sido heterosexuales, con esto no se prueba que las prácticas homosexuales no sean una práctica contraria a la voluntad de Dios y que hayan "colaborado" en las causales de condenación de la ciudad.

2.1.2 ¿Sodoma es condenada en primer lugar por la homosexualidad o por la falta de hospitalidad?

Parecen más serios y fundamentados los estudios del prestigioso investigador D. Sherwin Bailey, que citamos anteriormente, en los cuales se basa también Mc Neill. Bailey postula que el severo juicio condenatorio de la conducta homosexual, que es constante en la tradición cristiana, se funda sobre todo en una interpretación errónea de la historia de Sodoma y Gomorra (14). Él muestra que el pecado de Sodoma no fue la práctica homosexual entre varones, sino que consistió precisamente en su orgullosa impiedad, que la llevó a despreciar las sagradas leyes de la hospitalidad para con los extranjeros. En contraste con la hospitalidad de Abraham y de Lot, los habitantes de Sodoma quisieron "conocer" a los huéspedes de ese último. Pero aquí hay que aclarar que el término hebreo yadha (conocer) no significa la mayoría de las veces conocimiento carnal, sin más precisiones. Por eso aquí podría significar simplemente la intención de saber quiénes eran los recién llegados, con actitud desconfiada y hostil hacia ellos.

La afirmación de Bailey se ve reforzada y corroborada al estudiar los demás pasajes bíblicos que hablan de Sodoma:

a) Se alude a Sodoma como ejemplo de impiedad, orgullo y falta de hospitalidad, que mereció por esto el castigo divino, pero nunca en relación con la depravación sexual: Ez 16, 49-50; Sab 19, 13; Eclo 16, 8; etc.

b) El mismo Jesús se refiere al castigo de Sodoma en relación con la falta de hospitalidad que pueden encontrar sus discípulos: Lc 10, 10-13.

c) El NT nunca alude a Sodoma cuando reprueba las prácticas homosexuales.
Me parece que estos argumentos son decisivos e irrefutables. También Mc Neill adhiere en lo esencial a la tesis de Bailey, aunque la encuentra un tanto extremista. Para él, no hay duda de que el pecado de Sodoma, según Gn 19, consiste principalmente en la falta de hospitalidad con los extranjeros. Sin embargo, en el mismo contexto, parece que esa actitud se concreta en el intento de abusar sexualmente de los huéspedes de Lot. A diferencia de Bailey, no asume Mc Neill aquí la interpretación de yadha como una simple intención de saber quiénes eran los recién llegados. Si la intención de los habitantes hubiese sido solo esta, ¿por qué Lot les ofreció sus hijas vírgenes? De este modo, para Mc Neill, el autor yahvista del relato habría querido ridiculizar las prácticas homosexuales de los paganos cananeos, asociadas al culto de Baal, que tanto sorprendían y repugnaban a los judíos.

Resumiendo, el pecado de Sodoma se cifra más en la falta de hospitalidad que en las prácticas homosexuales. Creo que esta interpretación es justa y equilibrada, tal como lo afirma José Llinares (15).

Sin embargo, Mc Neill va más allá y saca de su ya mencionada comprensión de Gn 19 la conclusión de que así se privaría las prácticas homosexuales de ese carácter de pecado gravísimo y nefando que suscita un castigo extremo por parte de Dios. Prefiero no comentar todavía esta opinión, pues creo que un juicio de este tipo debe estar basado en un análisis global de los textos escritos que hacen mención a la homosexualidad.

ABREVIATURAS:

Gn: Génesis
Dt: Deuteronomio
Lv: Levítico
1R: 1 de Reyes
Jue: Jueces
vv: Versículo
Ez: Ezequiel
Sab: Sabiduría
Eclo: Eclesiástico
Lc: Lucas

sábado, 22 de octubre de 2011

¿QUÉ PECADO COMETIERON LOS SODOMITAS?


Lluvia de fuego y azufre

Uno de los castigos más espantosos contados en la Biblia es el que sufrió la ciudad de Sodoma. Dios hizo bajar del cielo fuego y azufre, y en cuestión de minutos acabó con todos sus habitantes. Desde entonces, el nombre de Sodoma quedó como símbolo de inmoralidad y perversión.

Pero, ¿qué pecado habían cometido aquellos hombres para merecer semejante condena? Suele decirse que fue el de la homosexualidad. Incluso existe en las lenguas modernas una serie de palabras, como sodomía (= homosexualidad), sodomita (= homosexual), sodomizar (= practicar la homosexualidad) derivadas del nombre de la ciudad. Sin embargo, si analizamos el relato bíblico vemos que se trata de una interpretación equivocada. ¿Cuál fue en realidad la culpa de los habitantes de Sodoma?

Un sobrino muy atento

El texto se encuentra en Génesis 19. Comienza diciendo que a Dios le habían llegado rumores del pecado que cometían los sodomitas, y decidió enviar dos mensajeros para averiguar si era cierto lo que se decía (Gn 18,32). Los enviados de Dios “llegaron a Sodoma al atardecer, mientras Lot estaba sentado a la entrada de la ciudad. Al verlos, Lot se levantó, y haciéndoles una gran reverencia les dijo: «Por favor, señores, vengan a mi casa a pasar la noche. Allí podrán descansar, y mañana temprano podrán seguir viaje»” (Gn 19,12).

Lot era sobrino de Abraham. Se había separado hacía tiempo de su tío, y vivía en la ciudad de Sodoma, donde había prosperado y comprado una casa en la que vivía con su familia. Sólo él tuvo la gentileza de acercarse esa tarde a los forasteros que llegaban y ofrecerles alojamiento. Los demás habitantes los ignoraron completamente.

En un principio los recién llegados no aceptaron la invitación, y le dijeron: “«No, gracias, pasaremos la noche en la plaza». Pero Lot les insistió tanto, que al fin aceptaron ir y se hospedaron con él. Lot les preparó comida, y ellos cenaron” (Gn 19,23).

Dispuesto a entregar a sus hijas

Pero esa noche, cuando los enviados divinos se preparaban para dormir, un griterío que venía de la calle invadió el interior de la casa. Lot se asomó a la ventana y quedó espantado.“Todos los sodomitas, es decir, los habitantes de la ciudad, se habían agolpado alrededor de la casa. Estaba el pueblo entero, sin excepción alguna, del más joven al más viejo. Y empezaron a gritar a Lot: «¿Dónde están esos hombres que vinieron a tu casa esta noche? Sácalos para que tengamos relaciones sexuales con ellos»” (Gn 19,45).

Lot no podía permitir semejante atropello. Los recién llegados eran sus invitados. En su desesperación buscó una solución extrema. Salió de la casa y les dijo “«Por favor, no cometan esa perversión. Tengo dos hijas que son vírgenes. Se las traeré para que hagan con ellas lo que quieran. Pero no hagan nada a estos hombres, porque son mis invitados». Ellos respondieron: «Apártate de ahí. Tú no eres más que un inmigrante; ¿y quieres convertirte en juez? A ti te trataremos peor que a ellos». Y se abalanzaron sobre Lot para voltear la puerta” (Gn 19,69).

La incredulidad de los yernos

Los sodomitas estaban a punto de golpear a Lot, cuando intervinieron los enviados de Dios. “Lo hicieron entrar y cerraron la puerta. Entonces provocaron la ceguera de todos los que estaban afuera, jóvenes y viejos, de manera que ya no podían hallar la puerta. Después dijeron a Lot: «Saca de la ciudad a tus hijos, hijas, y a cualquier otro familiar que tengas, porque vamos a destruirla. Dios se ha enterado del pecado de esta gente, y nos ha mandado a arrasarla»” (Gn 19,1013).

Entonces Lot comprendió quiénes eran los jóvenes que había alojado: eran mensajeros divinos. Llamó, pues, a sus yernos, unos jóvenes de la ciudad que estaban por casarse con sus hijas, y les dijo: “«Rápido, salgamos de aquí, porque Dios va a destruir la ciudad». Pero sus yernos pensaron que era una broma”. La negativa de sus futuros yernos hizo dudar también a Lot, que ya no sabía si creer o no a sus huéspedes.

Cuando comenzaba a amanecer, Lot seguía dando vueltas, sin decidirse a huir. “Los mensajeros lo apuraron diciendo: «Vamos, saca a tu mujer y a tus hijas para que no sean destruidos cuando castiguemos la ciudad». Pero como Lot se demoraba, los hombres tomaron de la mano a él, a su esposa y a sus dos hijas, y los sacaron de la ciudad” (Gn 19,1416).

Viudo por curiosidad

Mientras huían, los mensajeros ordenaron a Lot: “«No mires hacia atrás, ni te detengas. Huye a las montañas para no ser destruido»”. Lot, viendo que sus fuerzas no le alcanzaban, replicó: “«No podré llegar a las montañas. Aquí cerca hay una ciudad pequeña, llamada Soar. Déjame refugiar allí». Ellos respondieron: «Está bien, pero apúrate, porque no podremos hacer nada hasta que llegues allí». Cuando el sol amanecía, Lot entró en Soar. Entonces Dios hizo llover desde el cielo azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra. Así destruyó esas ciudades y toda la región de la llanura, junto con sus habitantes”.

Pero al final ocurrió una tragedia. La mujer de Lot, sintiéndose ya segura en Soar, no resistió a la curiosidad, y desobedeciendo la orden de los ángeles se dio vuelta para ver el cataclismo. Al instante quedó convertida en estatua de sal. Con este triste detalle, termina el relato de la destrucción de Sodoma y Gomorra.

¿Es éste un hecho histórico? Hoy los estudiosos sostienen que se trata de una leyenda, que pretendía explicar la extraña topografía de la región. En efecto, Sodoma se hallaba situada al sur del Mar Muerto. Y éste es un lugar sombrío e inhóspito, geológicamente inestable, con permanentes terremotos y movimientos sísmicos (unos 200 temblores al año). El suelo está lleno de azufre y alquitrán, altamente inflamables. Una gruesa capa de sal recubre la superficie del lugar, impidiendo cualquier forma de vida. En los alrededores se ven montañas y prominencias salitrosas, algunas de las cuales se asemejan a estatuas de personas hechas de sal. Un paisaje tan desolado, en medio de una Tierra tan Santa, sólo podía provenir, pensaban los israelitas, de algún horrible pecado cometido por sus antiguos moradores. Y así surgió la leyenda de Sodoma.

Todos estaban en la puerta

Pero ¿cuál es el pecado que aparece en el relato que leímos? Casi todos los lectores sostienen que es el de la homosexualidad. Sin embargo, esto sería sólo uno de los pecados, no el único. ¿Por qué?

Primero, porque el texto dice que todos los habitantes de Sodoma (la palabra hebrea enoshim, “habitantes”, alude tanto hombres como mujeres), participaron del asalto a la casa de Lot. Por lo tanto, la agresión a los huéspedes no parece haber sido un acto exclusivamente homosexual. Había también mujeres.

Segundo, porque el hecho de que Lot se ofreciera a entregar a sus hijas, indica que muchos de sus vecinos tenían intereses heterosexuales. Si no, no habría tenido sentido tal ofrecimiento. Las hijas de Lot estaban comprometidas con hombres de Sodoma, lo cual demuestra también que no todos los sodomitas tenían inclinación hacia el mismo sexo.

Pero el argumento más fuerte en contra de que el pecado más importante cometido fuera el de homosexualidad es el hecho de que, a lo largo de la Biblia, muchas veces se menciona a Sodoma, y ningún autor dice que realizaran esa práctica.

El silencio de la tradición

En efecto, el primero en recordar los vicios de Sodoma es el profeta Isaías, en el siglo VIII a.C. Y dice que consistían en la práctica de un culto superficial, la opresión de los más pobres (Is 1,10-17) y la corrupción de los jueces (Is 3,9).

En el siglo VII, Jeremías da otra versión. Dice que su maldad era el adulterio, la mentira y el no arrepentimiento (Jer 23,14).
En el siglo VI a.C., Ezequiel afirma que fue el orgullo, la gula y la pereza (Ez 16,49-50).
En el siglo II a.C., el libro del Eclesiástico la identifica con la soberbia (Eclo 16,8).
En el siglo I a.C., el 3º libro de los Macabeos (una obra apócrifa judía) dice que era la arrogancia (3 Mac 2,5).

O sea, en todo el Antiguo Testamento, escrito a través de varios siglos, no hay un solo testimonio de que en Sodoma se practicara la homosexualidad.

El Nuevo Testamento también habla varias veces del pecado de Sodoma. San Mateo (10,14-15; 11,23-24), San Lucas (10,12; 17,29), la 2º carta de Pedro (2,6-8), el Apocalipsis (11,7-8), pero ninguno precisa cuál era. Sólo la Carta de Judas (1,7) hace una pequeña alusión: “También Sodoma y Gomorra fornicaron y fueron tras una carne diferente” (es decir, no humana sino de ángeles). O sea que el pecado habría consistido en querer unirse sexualmente a seres de otra especie, como eran los ángeles. No se trata de la homosexualidad.

Por lo tanto, ningún autor bíblico dice que el pecado de Sodoma sea la homosexualidad. Lo cual es muy curioso, porque en esa época las prácticas homosexuales estaban duramente condenadas, y en otras partes de la Biblia sí aparecen explícitamente reprobadas.

Se modifica el pecado

Pero en el siglo II a.C. se produjo un cambio en la interpretación. Los judíos habían empezado a tener más contacto con las ciudades griegas, y veían cómo en ellas la homosexualidad no sólo era frecuente, sino incluso socialmente aceptada. Esto provocó un fuerte llamado de atención, pues muchos judíos corrían el peligro de adherirse a las nuevas ideas, a pesar de que la homosexualidad estaba ya expresamente condenada en Dt 23,19 y Lv 20,13; y antes, en los profetas. Entonces, para expresar de manera contundente la maldad de esa práctica, empezaron a mencionar la historia de Sodoma como ejemplo de rechazo divino hacia ella.

La primera referencia a la nueva interpretación está en un libro apócrifo judío, del año 50 a.C., llamado El Testamento de Neftalí (4,1), donde por primera vez se identifica a los sodomitas como homosexuales.

La segunda mención se encuentra en otra obra apócrifa judía, El 2º libro de Enoc (10,3), también del año 50 d.C.

Luego tenemos al escritor judío Filón de Alejandría, quien en su obra De Abrahamo (26,134-136), criticando las inmoralidades de la Alejandría del siglo I, cuenta que los sodomitas tenían el infame vicio de unirse a hombres como si fueran mujeres.

Más tarde, el historiador Flavio Josefo, en su libro Antigüedades Judías del año 93 d.C. cuenta lo mismo, y es el primero en usar la palabra “sodomía” para referirse a la práctica homosexual en general. Así, pues, a fines del siglo I d.C. se había generalizado entre los judíos la idea de que el pecado de Sodoma era el de la homosexualidad.

Esta nueva interpretación pasó después al cristianismo, y muchos escritores de la Iglesia (como san Clemente de Alejandría, San Juan Crisóstomo, San Agustín, Efrén el Sirio, Tertuliano) aceptaron sin titubeos que la falta de Sodoma fue su afición a la práctica homosexual.

Por un pecado más grave

Pero entonces, aparte de la homosexualidad, ¿cuál es la otra intención del relato de Sodoma? ¿Qué otro vicio pretendía también condenar? Hoy los estudiosos sostienen que este texto intentaba condenar, sobre todo, la falta de hospitalidad.

En efecto, en el mundo antiguo, y especialmente en Israel, una de las obligaciones sociales más graves que había era la de ofrecer alojamiento al extranjero. Los profetas la tenían entre las virtudes principales (Is 58,7). El santo Job dice haberla practicado siempre en su vida (Jb 31,32). Era una acción tan noble que hasta Dios la practica (Sal 39,13). Su observancia era capaz de limpiar cualquier pecado, como se ve en la historia de la destrucción de Jericó, donde Dios exterminó a todos sus habitantes excepto a una prostituta (a pesar de que la prostitución es un pecado grande en la Biblia), porque ella unos días antes había dado hospitalidad a dos hebreos en su casa (Jos 6,22-25).

La ley de hospitalidad era sobre todo un principio de supervivencia en el oriente antiguo. Su objetivo era el de ofrecer al peregrino techo, comida y cama para protegerlo de los peligros del viaje.

Por eso cuando los mensajeros divinos llegaron a Sodoma, Lot les ofreció alojamiento en su casa en cumplimiento de esta norma. En cambio los sodomitas, insolidarios, prefirieron divertirse con ellos. Y no encontraron mejor manera de humillarlos que “rebajándolos” a la condición de mujer (ya que en aquel tiempo la mujer era considerada un objeto, no una persona. Esta insociable acción contra los enviados de Dios confirmó lo que se sabía de ellos: que no eran hospitalarios, razón por la cual Dios decidió exterminarlos. Un pueblo así no merecía vivir.

Otra ciudad malvada

Que ése fue el pecado de los sodomitas lo confirma otra historia muy parecida de la Biblia. Se cuenta que una noche llegó un extranjero con su esposa a la ciudad de Guibeá, y un anciano los alojó en su casa. Entonces los hombres de la ciudad rodearon la vivienda y pidieron al anciano que sacara al visitante para que tuvieran relaciones sexuales con él. El dueño de casa se negó, y les ofreció a cambio su hija que era virgen. Pero ellos no aceptaron. Entonces el recién llegado tomó a su esposa y se las entregó, y ellos la violaron toda la noche, y al amanecer la abandonaron muerta (Jue 19,1-30). En este relato sí se dice expresamente cuál fue el pecado cometido: la falta de hospitalidad (Jue 20,4-6). Por lo tanto, lo mismo se debe pensar de la historia de Sodoma.

También el libro de la Sabiduría (19,13) dice que el pecado de Sodoma fue la falta de hospitalidad.

Curiosamente, el episodio de Sodoma figura en la Biblia a continuación del relato en el que Abraham recibe a tres extranjeros en su tienda y les brinda hospitalidad (Gn 18,1-5). Se trata de una ubicación intencionada del texto, para resaltar más aún la contraposición entre la hospitalidad de Abraham y la insolidaridad de los sodomitas.

Un último dato que corrobora esta interpretación lo ofrece el mismo Jesús. Al enviar a sus discípulos a predicar, les dice: “Si no los reciben en algún lugar, salgan de la casa o de la ciudad, sacudiendo el polvo de sus pies; porque les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán juzgadas con menos dureza que esa ciudad” (Mt 10,11-15. Si Jesús compara a Sodoma con las ciudades que no quieren alojar a sus discípulos, es porque en tiempos de Jesús la fama que tenía Sodoma era la de no haber sido hospitalaria.

El pecado del Juicio Final

Sodoma fue destruida, según la Biblia, porque sus habitantes realizaban una de las prácticas más perversas del mundo antiguo: no eran hospitalarios. Eso no significa que Dios haya mandado realmente fuego sobre la ciudad. Lo que se pretende es dejarnos una gran enseñanza: las ciudades se destruyen cuando sus habitantes no practican la hospitalidad.

Éste no es un viejo precepto oriental. Es una norma de tremenda actualidad. Sin embargo, nuestro mundo moderno por desgracia no le presta demasiada atención. Basta con mirar a nuestro alrededor. Miles de niños nacen cada día sin un hogar digno, sin talco, ni pañales que los reciban. Ejércitos de ancianos duermen de noche en la calle, expuestos a la agresión de cualquiera que pase, porque no tienen un techo dónde protegerse. Familias enteras revuelven la basura todos los días, en busca de sobras de comida para llevar al estómago. Enfermos abandonados, inmigrantes humillados por su extranjería, desplazados de guerras, muros que se levantan para que no pase la gente de países vecinos.

El mundo parece haberse convertido en una gran Sodoma. Y muchos, que miran con indiferencia cómo se hunde todo sin hacer nada, parecen estatuas de sal, envueltos en su apatía.

La Biblia nos advierte que aquella ciudad indiferente e insolidaria desapareció de la escena, ahogada en su propia maldad. Y también que la salvación del mundo llegará cuando volvamos a descubrir aquel principio oriental sagrado: que todos estamos de paso en este mundo, que todos somos peregrinos, y que necesitamos de la hospitalidad de los demás. Con razón Jesús, cuando contó la parábola del Juicio Final, al enumerar las acciones que salvarán a la humanidad, dijo: “Porque cuando estuve de paso, me diste hospitalidad” (Mt 25,35).


Ariel Álvarez Valdés *


Publicado en INSTITUTO DE CULTURA Y FE
http://icf.org.ar/QU%C9%20PECADO%20COMETIERON%20LOS%20SODOMITAS.htm

* SOBRE EL AUTOR:

El Dr. Ariel Álvarez Valdés es un brillante teólogo católico cuya obra de difusión de la Biblia a través de artículos, libros y conferencias le ha hecho conocido y respetado en todo el mundo.

Refiriéndose al Dr Álvarez Valdés, dice el teólogo Xabier Pikaza desde España en la conocida columna de su blog: “Es un inmenso teólogo, una persona entrañable, un hombre comprometido por la Iglesia y la verdad del Evangelio, desde los más pobres, en Santiago del Estero, Argentina. Y añade luego Pikaza: “quiero decir que es el biblista vivo que más me ha impresionado en los últimos 20 años, por lo que sabe y por lo que dice.”

El Dr. Álvarez Valdés era presbítero de la diócesis de Santiago del Estero y es miembro de varios institutos de origen pontificio, que lo han honrado con designaciones. Desde hace varios años es miembro de la Asociación Bíblica Española, y de la Asociación Bíblica Italiana.

Curiosamente, poco tiempo atrás, el obispo de Santiago del Estero, monseñor Francisco Polti prohibió a Ariel Álvarez Valdés que continúe ejerciendo su apostolado de hacer conocer la Palabra de Dios de forma sencilla y creíble. Este obispo, proveniente del Opus Dei, argumentó que las enseñanzas del Padre Álvarez Valdés producían "perplejidad" en sus lectores y oyentes.

El Padre Ariel –como lo llamaban con afecto sus alumnos-, venía desarrollando esa tarea con el espíritu de un verdadero evangelizador presentando la Biblia con lenguaje sencillo pero exponiendo sus contenidos de conformidad a las conclusiones de las investigaciones más serias y actuales. Sus libros han sido traducidos a varios idiomas y es actualmente uno de los biblistas mas leídos del mundo católico.

Sin embargo, como es sabido, Álvarez Valdés debió renunciar al ministerio sacerdotal para poder seguir enseñando la Biblia tal como se la enseña actualmente en los más destacados centros especializados del mundo.

martes, 18 de octubre de 2011

¿QUÈ DICE LA BILIBA SOBRE HOMOSEXUALIDAD?



El tema de la homosexualidad es bastante actual y viene siendo tocado con cada vez más regularidad en la prensa, en los debates populares, llegando incluso a las telenovelas. El activo "movimiento gay" (pensemos en EE.UU., Europa y Brasil, por ejemplo) reivindica derechos, reconocimientos e igualdad. Sin embargo, es muy poco todavía lo que se ha trabajado teológicamente sobre esta problemática que urge la Teología Moral a dar respuestas adecuadas a las preguntas e inquietudes que surgen en torno a este comportamiento cada día más común, e incluso aceptado como normal, en nuestra sociedad.

Biología y Spicología no han sido capaces todavía de dar respuestas claras sobre el origen de dicho fenómeno. Esto torna el trabajo teológico aún más arduo, pues carece de bases antropológicas importantes para la comprensión global del problema. A todo esto se suma la necesaria atención pastoral y apoyo eclesial a las personas que viven esta realidad como postura sexual de vida. Como vemos, el tema es muy extenso y hay muchos campos abiertos para el estudio científico, pero me parece que hay uno que está en la base para toda reflexión teológico-moral seria: el estudio de lo que dice la Sagrada Escritura sobre esta problemática.

El posicionamiento de la Iglesia en general ha sido muy negativo en la valoración de este tipo de postura o comportamiento sexual. Históricamente hablando, la Iglesia cristiana, tanto católica como protestante, siempre ha condenado las prácticas homosexuales. Para ello se basaba por un lado en la filosofía natural, y por otro, en las mismas fuentes bíblicas. Ambos caminos han estado altamente cuestionados en las últimas décadas.

Todos los teólogos moralistas recurren, como no podía ser de otra forma, a la Biblia. Sus resultados, sin embargo, son bastante diversos. Este es el verdadero caballo de batalla. Para unos la reprobación moral de la homosexualidad no es discutible si queremos ser fieles al dato revelado. Para otros, los testimonios bíblicos del Antiguo y del Nuevo Testamento, bien leídos, no son definitivos. Y, en consecuencia, el tema sigue abierto. El problema de fondo, que pena en las reflexiones de los teólogos moralistas, es en definitiva, el siguiente:

"Si la referencia bíblica se diluye, la praxis pastoral se modifica. Si la cobertura bíblica no es 'negociable', el tratamiento pastoral tiene sus límites. El 'lógos' condiciona el 'ethos', y el 'ethos' condiciona la 'praxis' pastoral".

Por esto, en este estudio quiero centrarme en el análisis de los datos que la Biblia aporta sobre el tema. Algunos autores han llegado a afirmar que la Sagrada Escritura no aporta datos significativos ni decisivos que permitan llegar a un juicio negativo sobre la moralidad de la homosexualidad. Uno de los mayores representantes de esta tendencia, claramente rupturista con las posturas e interpretaciones tradicionales de la Iglesia, es J.J. Mc Neill, quien después de su análisis bíblico sobre la homosexualidad concluye:

"No parece haber una condena clara de tal relación en la Escritura: más aún, en tales circunstancias quizá pudiera admitirse que una relación homosexual satisface a los ideales positivos de las Sagradas Escrituras".

Una afirmación de este tipo merece un serio estudio exegético, y nos sirve de motivación. Buscaremos conocer sus posturas y las de otros teólogos, que en mayor o menor medida comparten este tipo de opinión, para a partir de esto juzgarlas críticamente, confrontándolas con las interpretaciones que otros teólogos también modernos hacen de los mismos textos bíblicos.

Definición:
Lógos: (en griego λóγος -lôgos- ) significa: la palabra en cuanto meditada, reflexionada o razonada, es decir: "razonamiento", "argumentación", "habla" o "discurso". También puede ser entendido como: "inteligencia", "pensamiento", "sentido".

Ethos: es una palabra griega (ἦθος; plurales: ethe, ethea) que puede ser traducida de diferentes maneras. Algunas posibilidades son 'punto de partida', 'aparecer', 'inclinación' y a partir de ahí, 'personalidad'.

Práxis: práctica,conducta.

viernes, 14 de octubre de 2011

LAS ESCRITURAS Y EL SEXO



El erudito bíblico Michael Coogan analizó el debate sobre si se debe poner fin al matrimonio gay en Massachusetts, con una creciente frustración. Los partidarios de la prohibición dijeron que tenían a Dios de su lado, y mostraban pancartas cargadas de referencias bíblicas para apoyar sus puntos de vista. "Adán y Eva, no Adán y Steve" fue muy popular.

Para Coogan, un profesor de estudios religiosos en Stonehill College y director de publicaciones del Museo de Harvard semitas, la pantalla se muestra con un problema cultural creciente en las guerras de EE.UU. Muchos lectores contemporáneos no han leído la Biblia en su totalidad, por lo que tienen información incompleta acerca de lo que dice la Biblia sobre la sexualidad humana. Y aquellos que han leído todo el asunto a menudo citan selectivamente, haciendo caso omiso de su contexto cultural e histórico.
Al mismo tiempo, los historiadores bíblicos no han hecho lo suficiente para informar el debate público, centrándose más en becas de alto nivel que en aportar sus conocimientos a un público amplio.

Los lectores de hoy no son conscientes de cómo la Biblia fue escrita - no fue, como se escribe en la introducción, "entregados por la humanidad como un libro completo, escrito por Dios y empaquetados en un envío de Amazon.com o disponible para su descarga en un internet".

De hecho, el consenso de los expertos actuales es que fue escrito por muchos autores, la mayoría de los hombres, a lo largo de 1.000 años - un lapso de tiempo y la geografía que inevitablemente conduce a las preguntas, las incoherencias, y la incomprensión cultural.

Los que toman su significado literal, aislando pasajes solo para guiar el comportamiento moderno, lo hacen bajo su propio riesgo.

Los responsables de la política contemporánea, los expertos, y los predicadores usan la Biblia como una especie de incuestionable autoridad y dicen que los Diez Mandamientos contienen valores que ya no se aceptan. Se presume la existencia de la esclavitud y, si Dios es el autor de los Diez Mandamientos, Dios aprueba la esclavitud.

Sobre el sexo, los 10 mandamientos solo dicen: Tú no cometerás adulterio.... No dice nada acerca de la prostitución, las relaciones sexuales prematrimoniales, control de la natalidad, el aborto.
Uno de los personajes más importantes de la Biblia es el rey David, y la relación de David con Betsabé... duerme con esta mujer y luego se las arregla para que su marido muera. Así que David es culpable no sólo de sexo ilícito, sino también de homicidio.

Una de las cosas que más escucha de sus oponentes del matrimonio gay es que la versión autorizado por Dios del matrimonio es un hombre y una mujer.
Pero no está en la Biblia. Más tarde, la monogamia se convirtió en la norma. En el Nuevo Testamento, Jesús habla de esa manera. Pero, ciertamente, en el antiguo Israel, la poligamia, para aquellos que se lo podía permitir, estaba muy extendida y se aceptó por completo.
Sobre el Aborto, la Biblia no lo menciona en absoluto.... No es de extrañar, ya que en las antiguas sociedades agrarias, los niños eran activos valiosos.

¿Si Adán y Eva se casaron?

Ciertamente no hay ninguna ceremonia de matrimonio se describe en el Jardín del Edén.

Los que ven la homosexualidad como un pecado a menudo citan el Levítico, donde el sexo entre hombres aparece junto a la bestialidad en una lista de productos prohibidos los comportamientos sexuales.

Pero esas prohibiciones tienen que ver en parte con una especie de aversión a mezclar categorías.... Usted no debe usar una prenda de vestir hechas de lana y lino, porque eso es mezclar categorías. Usted no debe arar con dos tipos diferentes de animales, que es mezcla de categorías. Algunas de las leyes de la dieta también se pueden explicar de esa manera. Un hombre durmiendo con un hombre feminiza el otro hombre, lo saca de su categoría, como sería la bestialidad.

Varios lectores de la Biblia vemos signos sutiles de que la homosexualidad sea sancionada en la relación entre el rey David y Jonathan, por ejemplo.

Desde el 80 más o menos, algunos activistas gays han dicho: "Pero espera... David dice de Jonathan," Tu amor por mí es más maravilloso que el amor de las mujeres ", por lo que deben haber sido amantes en el sentido físico.”... El problema con esto es en primer lugar que la aventura de David con Betsabé sugiere que David no era lo que podríamos llamar exclusivamente homosexuales en la orientación.... Creo que la relación entre David y Jonatán no era que ellos eran técnicamente los amantes, sino que tenían una relación profunda, estrecha.

También se ha afirmado que Pablo en el Nuevo Testamento era homosexual. No hay ninguna base para ello. No estaba casado, sino que nos dice que sí. Pero no sé por qué .... También es reclamado, creo que absurdamente, que Jesús era gay.

Aunque Jesús no dice ni una sola palabra sobre homosexualidad.
La Iglesia Católica exige a los sacerdotes a ser célibes, y según ellos los mas santos de la Iglesia católica eran célibes?
La base bíblica primaria son los escritos de Pablo, especialmente en su primera carta a los Corintios en la que insta a las personas a permanecer solteros si se puede ¿Pero cuál es la razón? Pablo creía que Jesús iba a volver en un futuro muy cercano, en su propia vida. Así que no había sentido en casarse porque Jesús iba a venir y que iba a ser un mundo totalmente nuevo.

¿Qué dice Jesús sobre el divorcio?

Depende de que evangelio usted lea. En el evangelio de Marcos, el primer evangelio, Jesús es citado diciendo que cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra mujer ha cometido adulterio en su contra. En otro evangelio es citado diciendo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por indecencia, [comete adulterio]... así que no es una excepción.

Teniendo en cuenta todas estas contradicciones, ¿cómo los lectores contemporáneos debemos mirar a la Biblia en esta materia?

El mensaje subyacente de la Biblia como un todo es amar al prójimo como a sí mismo.

Lisa Wangsness
Reportero del Boston Globe

TRAS LAS HUELLAS DE SODOMA Y GOMORRA



En la esquina suroeste del Mar Muerto se localizó la ciudad de Sodoma (Usdom) y en las proximidades de ésta se encontraban las ciudades de Gomorra, Adma, Zeboim y Bela. Estas ciudades estuvieron gobernadas por un rey, quien era considerado como especie de intermediario entre Dios y sus súbditos. Para una buena administración estos reyes eran asesorados por una asamblea de ancianos.

En el centro de cada una de estas ciudades cananeas se localizaba un templo y bajo el suelo del palacio real había una cámara para guardar el tesoro y los víveres que eran repartidas entre la población en tiempos de carestía o de guerra.

Antes del colapso de Sodoma y Gomorra cada una de estas ciudades estuvieron gobernadas por los reyes Bera y Birsa. Según el libro del "Génesis" las urbes mencionadas solían confederarse para protegerse del ataque de otros pueblos, especialmente de los gobernados por los reyes babilónicos. Esta región fue siempre convulsionada, pues estuvo en el centro de dos grandes civilizaciones, al norte se desarrolló la sumeria y al sur la egipcia. Para protegerse de los ataques continuos de sus conquistadores, estas ciudades se encontraban fortificadas y para ingresar a ellas se tenía que pasar por dos o tres portones. Los trabajos arqueológicos han dado a conocer que a las murallas de las ciudades les precedía una zanja que tenía aproximadamente quince metros de profundidad y ochenta metros de ancho.
La tranquilidad de estos pueblos era rota de vez en cuando, por la instalación en sus inmediaciones de caravanas de pueblos nómadas. En esta época la diferencia cultural entre los pueblos sedentarios y los nómadas era abismal. Desde el punto de vista de los nómadas y seminómadas las ciudades eran el lugar de todos los vicios y todas las idolatrías. La ciudad era para envilecerse y para enriquecerse, un signo del orgullo del hombre contra Dios.

La economía de Canaàn dependía de la exportación de vino, aceite, miel, betún y granos, gracias a esta actividad mantenían un nivel de vida elevado. El estilo de vida de estas ciudades favoreció básicamente a comerciantes y artesanos quienes vivieron ostentosamente.

Para conocer sobre las creencias religiosas de los pueblos de Sodoma y Gomorra es importante estudiar los trabajos arqueológicos e historiográficos de los profesores W. Albright, M. Kyle y Francois Castel, especialistas en el Israel prejudío.

Los cananeos adoraban principalmente a Baal, "el dios del rayo, jinete de las nubes y señor de la lluvia primaveral que aseguraba las cosechas". Junto a este dios se rindió culto a la diosa Anat y el dios Dagòn. Estos tres dioses aparecen en las controversias religiosas entre judíos y cananeos.
A más de los dioses citados, se ha encontrado en la zona de Canaàn vestigios de del culto a Astarté diosa de la prostitución sagrada. Este rito obligaba a las mujeres a ofrecer servicios sexuales a los extranjeros como un manifiesto de hospitalidad, "confiando en la remota posibilidad de que aquel caminante recién llegado fuese hijo de un dios o un dios mismo y que por la atención recibida, colmara la mansión familiar de infinitos y preciados dones". Para entender el conflicto suscitado entre los cananeos y sus vecinos es importante analizar el momento del arribo de extranjeros a territorios cananeos.

En este punto, los historiadores señalan que es imposible fechar con exactitud la llegada a la región de Canaàn, de grupos semíticos procedentes de Ur de Caldea, sin embargo los asiriólogos consideran que esta emigración debió darse en tiempos del rey Hammurabi. Es decir el año 2000 A.C.

El libro del "Génesis" narra que el patriarca Abram arribó a Canaàn en compañía de su sobrino Lot, y éste debido a la escasez de alimento para sus criados y animales tuvo que separarse de su tío e ir a vivir dentro de la ciudad de Sodoma. Y aconteció a la caída de una tarde mientras Lot se encontraba sentado a la puerta de la ciudad que llegaron "dos ángeles...y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo y les dijo: Ahora mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y os hospedéis, y os lavaré vuestros pies".

Contraria a la actitud de Lot, fue la de los habitantes de Sodoma quienes según este relato se mostraron descorteses y altaneros con los huéspedes de Lot. Las escrituras hebreas afirman que en castigo por la xenofobia de los habitantes de Sodoma los ángeles decidieron destruir dicha ciudad, para ello "Dios hizo llover sobre Sodoma y Gomorra, azufre y fuego desde los cielos y destruyó las ciudades y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades y el fruto de la tierra".

Aquí empieza a manifestarse lo que en el futuro sería una cultura propia de Israel, según la cosmovisión judía, Dios se pone al lado del débil, de la víctima y castiga con duras penas al "malo y al idólatra". Para conocer el criterio de los profetas de Israel sobre cual fue el pecado de los habitantes de Sodoma se ha realizado un análisis profundo a la Biblia, para esto se ha tomado algunas versiones de la Biblia entre ellas la de Reina Valera, la de Torres Amat, las Ediciones Paulinas y la de Ferrara.

En el libro: "Deuteronomio", cuando Moises recuerda a los hebreos sobre su "pacto con Dios", les advierte de no "servir a los dioses de otras naciones", puestos que los pueblos extranjeros son llenos de abominaciones por adorar a ídolos de madera y piedra, de plata y oro. Dentro este llamado les recuerda que ha causa de la idolatría se encendió la ira de Dios contra Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim.
El profeta Moises quien es considerado por los judíos como el primero y el más grande de sus profetas, previno ha sus tribus diciéndoles que si les pasa lo mismo que le sucedió a los habitantes de Sodoma y Gomorra y la gente se preguntara: ¿Por qué hace Dios eso a esta tierra? La respuesta será porque dejaron a su dios "y sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos, dioses que no conocían y que ninguna cosa les habían dado".
Durante el reinado de Roboam hijo del rey Salomón, el profeta Jeremías relata que el pueblo de Judá cayó en la idolatría, cuando edificó "en lugares altos, estatuas e imágenes de la diosa Asera". En esta narración se considera a los devotos de Asera como los "sodomitas del reino", por el contexto donde el término "sodomita" es utilizado se puede deducir que se ha empleado la palabra sodomita como sinónimo de idólatra.

Sin embargo, la Biblia de las Ediciones Paulinas arbitrariamente reemplaza el término "sodomita" que consta en la versión original del libro de Reyes por el término "hombres afeminados". El libro del profeta Job ha sido considerado como la obra maestra de la poesía hebrea, en sus meditaciones este poeta exalta la justicia, la pobreza y el sacrificio; condenando la impiedad, la iniquidad, la hipocresía, la soberbia y la vanidad. Cuando Job se dirige a aquellos que fingen amor a Dios, los condena tildándolos de "hipócritas de corazón" y por esta falta los relaciona con los habitantes de Sodoma.

En el libro de Isaías que es el más extenso de los libros proféticos, su autor denuncia la corrupción política, la opresión y la crisis moral de la nación. Sin embargo lo que más le preocupaba a Isaías era la práctica de la idolatría, por esta razón llama a los idólatras de su comunidad: "príncipes de Sodoma y Gomorra".

Los errores que mayor preocupación dieron a Isaías fueron la injusticia y la adopción por parte del pueblo judío de los cultos extranjeros, por este motivo les increpó cuestionándolos que de que sirven "los holocaustos de carneros y el sebo de animales gordos, la sangre de bueyes, ovejas o machos cabríos a Dios", si no se restituye al agraviado, si no se hace justicia al huérfano, y no se ampara a la viuda.

Un siglo después de Isaías vivió el profeta Jeremías, este personaje fue testigo de la destrucción de Jerusalén a manos del devastador ejército babilónico. En sus lamentaciones sobre la desolación de Jerusalén, el profeta trae a memoria la ciudad de Sodoma y aquí manifiesta que "la falta de equidad" de sus habitantes fue la causa del castigo que le sobrevino.
Muy lejos de Jerusalén y cautivo en Babilonia el profeta Ezequiel sufría por la destrucción y asolamiento de la tierra de Israel, para Ezequiel la maldad de Jerusalén fue la causa para su desgracia, y compara esta maldad con la de Sodoma. Según este profeta los pecados de Sodoma fueron los siguientes: "soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad, y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso".

En el libro del profeta Amos, se hace un llamado al arrepentimiento de los idólatras y de los que viven entregados al lujo derivado de la explotación de los pobres y se acusa a estos malvados de "oprimir y quebrantar al menesteroso" tal como en Sodoma y Gomorra.

En el libro de Sofonías, se llama a los habitantes de Jerusalén a buscar justicia y mansedumbre, porque según el profeta a los soberbios les llegará el fin tal como a Sodoma y a Gomorra. Revisando minuciosamente la Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamentos se comprueba con asombro que en ninguna parte de ésta se menciona que la decadencia moral de Sodoma es debido a la conducta homosexual de su población.

Al realizar una investigación a lo largo de la historia judía a los intérpretes de sus Escrituras, nos encontramos ante uno de los exegetas más importantes y reconocidos, como fue Filón de Alejandría. Este filósofo y teólogo judío cambia la visión que tuvieron sus predecesores sobre la decadencia de Sodoma, cuando manifestó que las prácticas homosexuales de su población fue la causa de la ruina de Sodoma y Gomorra.
Este rabino de Alejandría enseñó en su comunidad que "los sodomitas renunciaron a la ley de la naturaleza y se entregaron a la borrachera, a la comida y a las formas prohibidas de coito..." y que además "se les ocurrió que los varones tuvieran sexo con varones sin respeto por la naturaleza sexual".

En sus obras Filón señala que entre los habitantes de Sodoma "algunos varones jugaron el rol femenino y se dedicaron a corromper el género humano...y por esta causa cuando intentaron tener descendencia no lo pudieron hacer porque se les volvió el semen infértil".

Para entender las razones que tuvo Filón de Alejandría para ofrecer esta visión sobre la conducta sexual de los habitantes de Sodoma, es necesario conocer ciertos hechos históricos de la época en la que este personaje vivió. Filón vivió en Alejandría, Egipto entre los años 25 A.C. y 50 D.C. , siendo por lo tanto contemporáneo de Jesús de Nazaret. Fue un gran admirador del humanismo de los griegos, pero sintió horror por las costumbres de éstos especialmente por su licencia hacía las relaciones homosexuales. Este rabino judío estuvo entregado con pasión a la comunidad judía y a su fe, su misión consistió en explicar la Biblia a sus correligionarios y a defender su contenido frente a los paganos.
Filón fue un hombre muy influyente entre los judíos, pues pertenecía a la alta burguesía económica, su familia estaba emparentada con los Herodes por esta situación este teólogo proporcionó el oro y la plata que cubrían la puerta del templo de Jerusalén. Una de las obsesiones de Filón era reformar la filosofía griega tradicional para adaptarla a las exigencias de la Biblia.
Este personaje tuvo que enfrentar dos adversidades en su condición de líder de la comunidad judía de Alejandría, la primera fe detener la asimilación constante de los jóvenes judíos a las costumbres griegas y la segunda enviar un execración a los emperadores romanos que habían ultrajado con sus intensiones a la fe judía.

Nuevamente se hace indispensable retroceder en el tiempo para conocer los cambios que la conquista griega provocó en los jóvenes judíos y la intromisión desconsiderada que realizaron los Césares en la religión judía. Para el conocimiento y análisis de esta parte de la historia se ha utilizado las obras de Dion Casio, Cornelio Tácito, Suetonio, Flavio Josefo y el libro Segundo de Macabeos.

Empezaremos el año 332 A. C. en que el pueblo judío fue conquistado por Alejandro Magno. La liberalidad del pueblo griego sedujo a los jóvenes judíos quienes se fueron convirtiendo a las costumbres de los griegos totalmente tolerantes y permisivos con las relaciones homosexuales.
Los judíos religiosos vieron este hecho histórico como una decadencia moral, puesto que los judíos jóvenes de Jerusalén y los de la diáspora empezaron a hablar en griego, utilizando el hebreo solo en los actos religiosos. La penetración cultural fue tan intensa que no hubo más alternativa que traducirse el Tanaj (Biblia) del hebreo al griego, a esta traducción se la conoce como Septuaginta porque fue realizada por setenta y dos rabinos..

El libro de Macabeos informa que durante la helenización de su cultura el sumo sacerdote Jasón "fue arrastrando a sus compatriotas a las costumbres de los griegos....e introdujo costumbres contrarias a la Ley...así pues gustoso fundó un gimnasio bajo la misma fortaleza e indujo a lo mejor de la juventud a educarse al modo griego. La vida a la manera griega se propagó por la influencia de Jasón, que tenía más de impío que de sumo sacerdote". Las costumbres griegas estaban tan de modo que los sacerdotes ya no mostraban interés por el servicio del altar "despreciaban el Santuario y descuidaban los sacrificios del altar. No apreciaban en nada los usos de sus padres y tenían por muy superiores los valores de los griegos".

El extremo de la helenización de la cultura judía se dio en la región de Galilea por este motivo en los círculos religiosos de Jerusalén se subestimaba a los ciudadanos procedentes de esta región.

Se conoce de varias fuentes que los gimnasios y termas fueron en tiempo del imperio romano y griego los sitios ideales de ligue homosexual.
El año 63 A. C., finalizó la dominación griega en Judea y empezó el dominio de los romanos, los nuevos gobernantes mostraron desde un inicio una actitud de respecto hacia las relaciones homosexuales tan detestadas por los círculos religiosos judíos.

Se sabe que los Césares fueron grandes estrategas militares, diestros gobernantes y admirables oradores, pero se convirtieron en una amenaza letal para los judíos en el instante que pretendieron ser adorados por éstos, ultrajando la religiosidad de los judíos que era la esencia misma de aquel pueblo.

Los Césares tuvieron varias mujeres e hijos por lo que se puede suponer que su sexualidad fue predominantemente heterosexual, sin embargo sus biógrafos informan que sus prácticas homosexuales estuvieron saturadas de violencia y crimen. Durante la niñez de Filón de Alejandría sus maestros le informaron que el emperador romano Julio César, fue considerado como un hombre de costumbres afeminadas y que además este gobernante acostumbraba a comprar esclavos a precios elevadísimos para su satisfacción sexual.

La vida sexual de Julio César era un escándalo para los judíos religiosos, mas no para el pueblo romano, Julio amo a muchos hombres y mujeres por esta razón sus críticos lo llamaban "marido de todas las mujeres y mujer de todos los maridos", su gobierno terminó el año 27 A. C. Luego de Julio César gobernó el imperio romano Augusto. Sus cuestionadores lo consideraron un afeminado y le reprocharon el haber conseguido la adopción de su tío Julio César "al precio de bajas complacencias". Por la forma en que Augusto se prostituyò en España se lo calificó de pederasta.
La relación entre César Augusto y los judíos fue desastrosa, este César menospreció públicamente a la religión judía e intentó la veneración de sus fieles cuando mandó a colocar en Jerusalén imágenes suyas.

A continuación de Augusto, el año 14 D.C. , gobernó el Imperio Romano el emperador Tiberio, este rey prohibió los cultos extranjeros en Roma y obligó a los judíos a quemar sus vestiduras y objetos de culto. A los judíos más jóvenes se los distribuyó en las provincias de clima malsano con el pretexto que debían prestar el servicio militar.
En Alejandría, Filón era avisado que Tiberio había ordenado desterrar a todos los judíos de Roma y si éstos no obedecían se los condenaba a la esclavitud para el resto de su vida. Durante el gobierno de Tiberio se instituyó una especie de ministerio público que aterrorizó a Filón, a este organismo de gobierno se llamó "la intendencia de placeres", aquí el gobernante hizo entrenar a niños de tierna edad para que le practiquen sexo oral.

Era por demás sabido en el Imperio Romano que los hombres hermosos provocaban arrebato en Tiberio, así durante una ceremonia prendado el César por la belleza de dos muchachos, los secuestró, los violó y luego ordenó que se les quiebre las piernas. Muerto Tiberio el año 37, empezó el gobierno de Calígula, durante este periodo las relaciones de hostilidad entre Filón de Alejandría y el César alcanzaron el clímax.

El gobierno de Calígula realizó una serie de actos de hostigamiento contra los judíos que vivían en Alejandría. Todo empezó cuando el rey Herodes Agripa fue objeto de burla en un gimnasio, este acto fue planificado por Flaco un ex amante de Calígula. Los historiadores dan a entender que entre estos señores existía un triangulo amoroso.

Luego de la burla en la que Herodes fue el objeto, los judíos de Alejandría consideraron al hecho con una ofensa contra su comunidad, pues "un príncipe judío era ridiculizado por paganos". Para agravar el conflicto, Calígula trató de ser adorado por los judíos, para ello ordenó erigir estatuas suyas en las sinagogas. La negativa de los judíos a este plan, acarreó la persecución del mandatario quien ordenó el cierre de varias sinagogas. Las protestas de los judíos provocaron que centenares de éstos fueran asesinados, quemados, crucificados, quemados vivos y a los que se negaban a comer carne de puerco se los asesinaba.

En el año 40 Calígula intentó hacerse levantar una estatua en el templo de Jerusalén, desistiendo finalmente por la intervención de su "amigo de placeres Herodes". Ante tanta barbarie, Filón buscó la clemencia de Calígula, sin embargo éste lo humilló públicamente increpándolo por preferir el culto a un Dios sin nombre, a un culto a Calígula.

Para exteriorizar su repulsión por los judíos, cuando Calígula se refería a éstos manifestaba "estos imbèciles son más dignos de lástima que de vituperio". Mientras tanto, en la corte romana todos los chistes ofensivos fueron armados para burlarse de los judíos. Bufones divertían al emperador contando chistes que, ordinariamente tenían como blanco a los judíos.
En cuando a las apetencias sexuales de Calígula se conoce que a éste le gustaba travestirse, se vestía con trajes de gala y zuecos de mujer y se hacía llamar "Venus". Este gobernante amó a muchas mujeres y también a Menester, un actor de pantomimas a quien lo besaba públicamente. Para mantener relaciones homosexuales organizó el deporte de cazar jóvenes campesinos para que fueran llevados ante él a manera de rehenes y le sirvan sexualmente.

Durante el gobierno de Calígula la manutención de las fieras de los circos se la realizó con la carne de sus enemigos políticos. Esta vez el César personalmente echó vivos a los judíos para que sean devorados por las fieras.

Luego de analizar esta información recolectada, se puede entender los motivos que tuvo Filón de Alejandría para dar una explicación sobre la destrucción de Sodoma tan diferente a la explicación que dieron los profetas de la Biblia y los autores del Nuevo Testamento.

Dentro de la religión judía practicada en Alejandría en la época de Filón, era imprescindible detener la permanente asimilación de los jóvenes judíos a las costumbres griegas y al mismo tiempo para el líder de esta comunidad, el rabino Filón era una obligación moral enviar una nota de advertencia a los gobernantes del Imperio Romano sobre lo que les iba a suceder.
El año 54 empezó el reinado de Nerón, Filón de Alejandría ya había muerto y el cristianismo surgía en el Imperio Romano como un movimiento social dentro del judaísmo pero con una fuerza arrolladora. Se conoce que Nerón repudió siempre los cultos religiosos, y el cristianismo nació promulgando la igualdad de todos los hombres sin diferencias de nacionalidad, género o raza. Esta actitud de los "denominados cristianos" era para el gobernante una insolencia que ponía en riesgo sus intereses.

El conflicto que Calígula tuvo con Filón de Alejandría ahora lo tenían los cristianos con Nerón. En este ambiente surgía el cristianismo y junto a él un tipo de literatura conocida con el nombre de literatura apocalíptica. Estas obras literarias tenían como meta anunciar la caída del Imperio Romano. En esta ocasión Nerón para los cristianos era la personificación del mal, puesto que su conducta sexual y su tiranía no se diferenciaba de los reyes que le antecedieron en el trono de Roma.

Esta vez los cristianos influenciados por las leyes religiosas judías, se santiguaron cuando supieron que Nerón mantenía comercio sexual con jóvenes millonarios y mujeres casadas. Cuando Nerón deseaba algo lo conseguía por medio de la fuerza irracional, así es como obligó a un muchacho llamado Espora a que se castre para transformarlo en mujer y convertirlo en su esclavo sexual, mientras públicamente se "hacia atender por su propio liberto Doriforo a quien en cambio le servía de mujer". Como es de imaginarse estos actos de violencia sexual espantaban a judíos y cristianos por igual.

El extremo de las locuras de Nerón se dio cuando éste se casó en calidad de mujer con un individuo llamado Pitágoras. La ceremonia se realizó con toda la solemnidad e inclusive el emperador llevó un velo nupcial al igual que las mujeres romanas. La comunidad cristiana que vivía en Roma y que tenía como líderes a Pedro y Pablo consideró que el matrimonio entre el tal Pitágoras y Nerón eran señal de que el castigo divino al fin llegaba al pueblo romano, tal como le sucedió a Sodoma.

Es en el gobierno de Nerón donde realmente se afianzó la versión que Filón de Alejandría ofreció sobre la conducta sexual de los habitantes Sodoma. Esta creencia se fortaleció dentro del cristianismo naciente para luego universalizarse, luego del incendio de Roma. El 19 de julio del año 64 se produjo un incendio descomunal en Roma, en este flagelo se quemaron diez mil manzanas y doscientos mil romanos se quedaron sin hogar. Los testigos presenciales cuentan que "ninguno se atrevía a remediar el fuego, habiendo por todas partes muchos que, no solo prohibían con amenazas el apagarse, sino que arrojaban públicamente tizones y otras cosas incendiadas sobre las casas".

Para la comunidad cristiana de Roma el incendio fue un castigo divino por "la maldad del príncipe" y la visión aterradora del flagelo fue inmediatamente relacionada con el castigo a de Sodoma.Muchos historiadores han acusado del incendio de Roma a Nerón quien "no podía soportar la fealdad de los viejos edificios y la angostura y recoveco de las calles" de esta ciudad. Este pavoroso incendio no determinó la caída del Imperio Romano tal como lo esperaban los filósofos apocalípticos. Por el contrario fue el principio de las persecuciones que Nerón desató contra los cristianos.

Conforme el cristianismo se ha ido extendiendo en el mundo, el mito de Sodoma ha ido creciendo. Los principales beneficiados con la explicación que Filón dio sobre los habitantes de Sodoma han sido las personas inescrupulosas quienes encontraron un chivo expiatorio, culpando a los homosexuales de las catástrofes, de las hambrunas, de las guerras, y de todas las torpezas cometidas por gente inmoral.

Los estudios geológicos realizados a lo largo del siglo XX han informado, que el ahondamiento de la corteza terrestre en donde se acumula el agua del Mar Muerto es debido a una falla tectónica. Al estudiar el subsuelo de este mar interior, se han localizado grandes yacimientos petrolíferos y aproximadamente cinco fallas geológicas, por lo que fácilmente se puede deducir que la zona es proclive a los movimientos terráqueos
También se ha podido conocer que durante los terremotos en esta región, masas de petróleo suelen emerger del fondo del Mar a la superficie en cantidades considerables y al ponerse en contacto con la atmósfera estas masas se inflaman. La teoría de que Sodoma (Usdom) fue destruida por un terremoto es sostenida por el profesor Kyle y Albright quienes en 1924 encontraron en la esquina sureste del Mar Muerto los restos de un asentamiento humano abandonado entre los años 2500 a 2000 A.C.
Actualmente, gracias a los avances científicos en las especialidades de geodinámica, arqueología y teoría de catástrofes, se puede considerar que es muy probable que la destrucción de la ciudad de Sodoma se haya dado paulatinamente y a medida en que sus habitantes la fueron abandonando, a consecuencia de la inestabilidad geológica de la zona del Mar Muerto.

Eduardo Ramón L.©
Grupo País Canela™
paiscanela@yahoo.es

BIBLIOGRAFÍA
FUENTES PRIMARIAS
La Biblia, versión Reina Valera, / La Biblia, versión Torres Amat, / La Biblia, versión Ferrara, / La Biblia, versión Paulista, Suetonio, Los Doce Césares / Flavio Josefo, Antigüedades Judaicas / Tácito Cornelio, Los Anales / Dion Casio, Historia Romana / W.F.Albright, Arqueología Palestina / Filón de Alejandría, Exégesis espiritual de la Escritura

FUENTES SECUNDARIAS
Francois Castel, La historia de Israel y de Judá / J. López, La prostitución / R. Coppel, Las religiones / Henry Halley, Compendio Manual de la Biblia / Jean Danielou, Ensayos sobre Filón de Alejandría / Jan Hopman, La sodomía en la historia de la moral eclesial / Boswell John, Cristianismo, Tolerancia Social y Homosexualidad.

viernes, 7 de octubre de 2011

SERGIO Y BACO, LOS SANTOS DE LA DIVERSIDAD SEXUAL


Las personas que pertenecemos a la Diversidad Sexual celebramos la festividad de los santos Sergio y Baco por lo que queremos felicitar, desde aquí a todos y todas las personas LGTB cristianos o no. les dejamos aquí una reseña sobre su historia.

Todavía en el siglo X, una crónica define a Sergio como “dulce compañero y amante” de Baco. Otra más antigua* (probablemente, del s. V) dice que eran “en su amor a Cristo cual una sola persona”. En el s. VI, el patriarca Severo de Antioquía reprobó citarlos por separado: “No debemos separar en el lenguaje a quienes están unidos en la vida”.

A finales del s. III, Sergio y Baco eran soldados romanos de elevada posición, gozando de la confianza personal del emperador. De ninguno de los dos se dice que tuvieran esposa.

Eran conocidos sus enemigos envidiosos, de manera que los denunciaron ante el emperador de su fe cristiana. Aquello provocó la ira del emperador, quien les ordenó ofrecer sacrificios a los dioses. Como se negaran, los humilló vistiéndolos como mujeres y haciéndolos desfilar por la ciudad, en una clara burla a la masculinidad de los amantes. Ellos respondieron entonando salmos “con una sola boca” (expresión típica de los relatos de martirio de matrimonios heterosexuales). Fueron entonces entregados a la tortura.

Como no decayeron en su fe, Baco fue flagelado con látigos de cuero sin curtir (en otras crónicas, con nervios de buey) hasta la muerte. Sergio “con el corazón enfermo por la pérdida de Baco, lloraba y gritaba: (…) Te han apartado de mí, has ido al cielo y me has dejado solo en la tierra, sin compañía ni consuelo”. Aquella noche el espíritu de su amado se le apareció y le animó a afrontar el martirio: “Para mí la corona de la justicia es estar contigo”.

Al día siguiente, Sergio fue obligado correr quince kilómetros, calzado con unos zapatos cuyas suelas estaban llenas de clavos que se hundían en la carne. Pero por la noche un ángel le curó los pies, que quedaron como si nada. Contrariado, el verdugo le obligó a recorrer de nuevo la misma distancia con la misma tortura en los pies, y como Sergio permaneciese firme pese a todo, mandó decapitarlo. Sucedió en Siria, el año 303 o 309 (según la versión).

En su iconografía, que se remonta al s. IV, se les representa unas veces cabalgando juntos, otras a la usanza en que representaban a los matrimonios, con la efigie de Jesús entre sus cabezas como símbolo de unión – como en el icono del Monasterio de Santa Catalina del Sinaí, datado en el s. VII -.

La intercesión de los santos Sergio y Baco era invocada en las liturgias de unión homosexual bendecidas por la Iglesia, tanto en Oriente como en Occidente, y de las que el texto más antiguo data del siglo VIII (haciéndose a su vez eco, al parecer, de usos que se remontarían a los ss. II-III).

Pese a que en Occidente, a partir del s. XIV, tales uniones empezaron a ser proscritas – sin que el Papa llegara a pronunciarse explícitamente contra ellas: habría supuesto reconocer su arraigo tradicional, y lo que se quería era borrar su memoria -, su arraigo en los Balcanes siguió siendo tal que en Albania aún sobrevivirían hasta el s. XVIII.

“Mirad, qué bueno y agradable es habitar juntos los hermanos en unidad”

(Cf. BOSWELL, John.“Las Bodas de la Semejanza.”)