miércoles, 22 de diciembre de 2010

LA MANIPULACION DE LOS DIOSES

 
Salvador Freixedo nació en Galicia, España, en 1923. Comenzó a residir en América Latina desde 1947 y se ordenó como sacerdote en Santander, en 1953. Realizó diversos estudios de humanidades en Salamanca, de Filosofía en Santander, de Teología en la Alma College de San Francisco, de ascética en la Mont Laurier de Quebec, de psicología en la UCLA y en la Fordham de Nueva York. Aparte de enseñar historia de la Iglesia en el Seminario Interdiocesano de Santo Domingo (República Dominicana), fundó el movimiento de la Juventud Crisitiana (JOC) en San Juan de Puerto Rico y fue viceasesor nacional del mismo en La Habana, Cuba. Fundó también el Instituto Mexicano de Estudios del Fenómeno Paranormal y presidió el primer Gran Congreso Internacional organizado por dicha institución. Ha actuado como ponente invitado en numerosos congresos, tanto en Europa como en América y Asia, y es autor de múltiples libros, polémicos, reveladores, que le han valido expulsión de la orden jesuita, destierros, censuras y cárcel. Fue expulsado de la orden jesuita a principios de los setenta, por la publicación del libro "Mi Iglesia Duerme". Posteriormente se le invitó a abandonar Venezuela por la publicación del libro "Mitos Religiosos en las Relaciones Humanas". Previamente, el dictador Batista lo había expulsado de Cuba tras la publicación del libro "Cuarenta Casos de Injusticia Social (Exámen de Conciencia para Cristianos Distraídos)". Entre sus teorías expuestas se destacan las siguientes:

* La teoría de las escalas cósmicas y los diferentes niveles de existencia de los seres.

* Los seres y entidades de niveles y escalas de existencia superiores a los del ser humano, han saltado desde hace milenios a nuestro nivel, para aprovecharse de nosotros en muchas maneras.

* En ese sentido, Freixedo plantea que los múltiples dioses adorados por el hombre en toda su historia, no son sino manifestaciones de dichos seres que durante milenios han engañado al hombre. Por lo tanto, no hay un "Dios único" ni un "Dios verdadero" como se expone en las religiones creadas por esos seres; sólo dioses menores. Estas afirmaciones no provienen de Freixedo: tienen fundamento en la biblia y otros libros sagrados.

* En cuanto a los OVNIS, Freixedo plantea que sus ocupantes no sólo ya se bajaron de sus naves, sino que desde hace mucho tiempo realizan actividades secretas entre nosotros, solapados por los grandes gobiernos mundiales.

* Todas las ideas de Freixedo convergen en un sólo principio: la humanidad ha sido, desde sus orígenes, una granja animal de la cual se han aprovechado muchos seres más evolucionados que el hombre. Mientras la humanidad no despierte del letargo mental y espiritual que dichas entidades superiores le han provocado, seguirá sometida a los caprichos de esos seres desconocidos.



12 PASOS PARA PERSONAS EN SITUACION DE HOMOFOBIA



La Iglesia católica ha incitado a la violencia y al odio contra los homosexuales mediante una postura no humanista ajena al respeto de derechos como la igualdad y no discriminación.

El texto recuerda que “en la propia Biblia católica, Jesucristo jamás condenó, directa o indirectamente las relaciones sexoafectivas entre personas del mismo sexo, sino que predicó el amor y la inclusión social”.


Los doce pasos

1.- Aceptar a la ciencia médica como ayuda salvadora para salir de la homofobia que padecen y la Declaración Universal de los Derechos Humanos para respetar el derecho ajeno a vivir la propia sexualidad de manera libre y plena.

2.- Reconocer a la homofobia como un problema que afecta la estabilidad emocional de quien la padece y la convivencia de la sociedad en general.

3.- Reconocer que tiene sentimientos homofóbicos y buscar ayuda profesional seria: reconocer que la inclinación homofóbica es motivo de búsqueda de apoyo.

4.- Ponerse en camino de sanación-reintegración de su vida: acomodar su vida a la convivencia respetuosa de la naturaleza diversa de los seres humanos, reconociendo las bendiciones de esa diversidad.

5.- Perdonar a quienes lo hayan encaminado a promover la mentira, el prejuicio oscurantista y el dogma pseudocientífico acerca de la homosexualidad y la bisexualidad. Comprender y aceptar que la libertad religiosa debe ejercerse en pleno respeto a las libertades individuales y el derecho ajeno, sin excepción de personas.

6.- Renunciar al pasado: iniciar el camino de liberación basada en la verdad científica, la comprensión de la diversidad sexual humana y el respeto a los derechos humanos de todas las personas. Reconocerse como parte de esa diversidad humana.

7.- Estar dispuesto a reconciliarse con el derecho de todas las personas a la felicidad y el respeto a las libertades individuales consagradas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

8.- Buscar espacios para la reconciliación con la verdad científica y el reencuentro con el respeto a las personas homosexuales y bisexuales que ejercen su derecho a la felicidad.

9.- Crear una red de apoyo con amistades fuera del mundo homofóbico, con personas de todas las orientaciones sexoafectivas e identidades de género, con pleno respeto a sus personales caminos a la felicidad, creencias individuales y libertad personal; participar en el movimiento ciudadano por el respeto a los derechos humanos de todas las personas.

10.- Examen de conciencia diariamente: centrado en la autoliberación de todo dogma oscurantista y comportamientos patológicos, hacia un ejercicio religioso saludable y basado en la verdad científica y el respeto al carácter laico del Estado mexicano. En caso de manifestar desórdenes graves, como la realización de actos pederastas, buscar ayuda psiquiátrica urgente.

11.- Ejercitarse en expresar su naturaleza afectiva y amorosa sin prejuicios, comportamientos patológicos ni visiones oscurantistas, como parte de una vida espiritual equilibrada y saludable, con pleno respeto a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

12.- Poner los ojos en la belleza de la vida nueva, para vencer, así, las nostalgias de la costumbre de promover los prejuicios acerca de la diversidad sexual humana.


Por Leonardo Bastida Aguilar

sábado, 11 de diciembre de 2010

LA IGLESIA TIENE MIEDO A ENFRENTAR SU HOMOSEXUALIDAD


ENTREVISTA: DAVID BERGER Teólogo católico


Hay una forma para sobrevivir como gay en las jerarquías eclesiásticas y es sencilla: frecuentar de manera anónima los ambientes homosexuales, no llamar la atención, no criticar nunca al Papa o a los obispos, aceptar los chantajes. Hay quienes viven bien así. Otros, sin embargo, terminan sintiéndose solos, y a veces la obligación de silencio lleva a la depresión. Lo cuenta David Berger, teólogo alemán ultraconservador, gay y ex profesor en la Academia Pontificia Santo Tomás de Aquino.

Berger, de 42 años, salió del armario en julio, después de la enésima insinuación de una conexión entre homosexualidad y pedofilia. Le salieron las palabras de las tripas y escribió No puedo callar más, artículo publicado en el diario alemán Frankfurter Rundschau, donde detallaba la brutalidad de la homofobia vivida a diario. Fue suspendido como profesor después de siete años en la Academia Pontificia. También dejó la dirección de la revista Theologisches, la más importante publicación del catolicismo conservador en Alemania. Ahora cuenta su experiencia en el libro La sagrada apariencia (ediciones Ullstein), publicado ayer.

"No pude callar más", explica en una entrevista con EL PAÍS. "No puedo trabajar más para instituciones que están en contra de todas aquellas libertades de las que yo hace años disfruto". Al principio, Berger pensó que su homosexualidad no sería un obstáculo para su carrera como teólogo conservador. "Me fascinaba el mundo masculino de las antiguas liturgias tridentinas. Fueron para mí la droga de iniciación. Luego entre los teólogos conservadores siempre encontré tantos homosexuales que pensé que las dos cosas podían coexistir", explica.

Berger asegura que gran parte de los clérigos que encontró son de su misma opción sexual. La estructura jerárquica estrictamente masculina, dice, lo favorece. "La mayoría de ellos busca acceso a la escena gay, para encontrar ahí sexo rápido y anónimo. Intentan no llamar la atención, por esto buscan no criticar nunca a su obispo o al Papa. Muchos viven bien así; otros sufren de soledad, algunos padecen depresiones", asegura.

La homosexualidad a menudo es utilizada como instrumento de chantaje y presión dentro de las jerarquías, según Berger. Él mismo la padeció cuando decidió firmar una petición en contra de la decisión papal de rehabilitar el obispo antisemita Williamson. "Me dijeron: ¿No sabe usted que esta lista fue firmada por homosexuales? ¿No querrá aparecer en una lista parecida? Interpreto hechos como estos como presiones".

En el libro entrevista al Papa publicado esta semana, Joseph Ratzinger asegura que la homosexualidad se presenta como una prueba que tiene que ser superada en la vida de un hombre. El Papa dice también que, aunque sea congénita, es moralmente inaceptable. Con estas declaraciones, según Berger, "la homofobia ha llegado al máximo". "No hay que dejarse desenfocar por sus declaraciones acerca del preservativo. La Iglesia, con este pontífice, se parece cada vez más a una secta". "Ningún cambio es posible", añade, hasta que la Iglesia no abandone la interpretación "estrictamente biológica de la sexualidad".

Una suma de situaciones llevó a Berger a sentirse cada vez menos a gusto, y a tener la sensación de que estaba jugando un partido en el equipo equivocado. En lugar de luchar por sus derechos y los de su pareja, de quien además no podía hablar públicamente, apoyaba a quienes los discriminaban. "Siempre alejaba estos pensamientos porque el Estado secularizado nos garantizaba espacio para vivir nuestras vidas. Pero cuando determinados círculos empezaron a hacer presión en la política para reducir nuestros derechos empecé a alejarme".

Berger asegura que ahora se siente liberado. Volverá a enseñar filosofía medieval y se comprometerá en proyectos reivindicativos de los derechos de los gais. Tiene claro que cualquier trabajo dentro de la Iglesia es imposible: "El miedo a enfrentarse con su propia homosexualidad es demasiado grande".Por Laura Lucchini

SERGIO Y BACO, CRISTIANOS, HOMOSEXUALES Y SANTOS.

 
 
Todavía en el siglo X, una crónica define a Sergio como “dulce compañero y amante” de Baco.
Otra más antigua* (probablemente, del s. V) dice que eran “en su amor a Cristo cual una sola persona”.

En el s. VI, el patriarca Severo de Antioquía reprobó citarlos por separado:
“No debemos separar en el lenguaje a quienes están unidos en la vida”.

A finales del s. III, Sergio y Baco eran soldados romanos de elevada posición, gozando de la confianza personal del emperador. De ninguno de los dos se dice que tuvieran esposa.
Sabedores sus enemigos envidiosos de que eran cristianos, los denunciaron. Aquello provocó la ira del emperador, quien les ordenó ofrecer sacrificios a los ídolos. Como se negaran, los humilló vistiéndolos como mujeres y haciéndolos desfilar por la ciudad, en una clara burla a la masculinidad de los amantes. Ellos respondieron entonando salmos “con una sola boca” (expresión típica de los relatos de martirio de matrimonios heterosexuales). Fueron entonces entregados a la tortura.

Como perseveraran en su fe, Baco fue flagelado con látigos de cuero sin curtir (en otras crónicas, con nervios de buey) hasta la muerte. Sergio “con el corazón enfermo por la pérdida de Baco, lloraba y gritaba: (…) Te han desunido de mí, has ido al cielo y me has dejado solo en la tierra, sin compañía ni consuelo”. Aquella noche el espíritu de su amado se le apareció y le animó a afrontar el martirio: “Para mí la corona de la justicia es estar contigo”.

Al día siguiente, Sergio fue obligado correr quince kilómetros, calzado con unos zapatos cuyas suelas estaban llenas de clavos que se hundían en la carne. Pero por la noche un ángel le curó los pies, que quedaron como si nada. Contrariado, el verdugo le obligó a recorrer de nuevo la misma distancia con la misma tortura en los pies, y como Sergio permaneciese firme pese a todo, mandó decapitarlo. Sucedió en Siria, el año 303 o 309 (según la versión).

En su iconografía, que se remonta al s. IV, se les representa unas veces cabalgando juntos, otras a la usanza en que representaban a los matrimonios, con la efigie de Jesús entre sus cabezas como símbolo de unión – como en el icono del Monasterio de Santa Catalina del Sinaí, datado en el s. VII -.

La intercesión de los santos Sergio y Baco era invocada en las liturgias de unión homosexual bendecidas por la Iglesia, tanto en Oriente como en Occidente, y de las que el texto más antiguo data del siglo VIII (haciéndose a su vez eco, al parecer, de usos que se remontarían a los ss. II-III).
Pese a que en Occidente, a partir del s. XIV, tales uniones empezaron a ser proscritas – sin que el Papa llegara a pronunciarse explícitamente contra ellas: habría supuesto reconocer su arraigo tradicional, y lo que se quería era borrar su memoria -, su arraigo en los Balcanes siguió siendo tal que en Albania aún sobrevivirían hasta el s. XVIII.

 


                                           (Cf. BOSWELL, John. “Las Bodas de la Semejanza.”)

CRISTIANISMO Y HOMOSEXUALIDAD, CUESTIÓN DE IDENTIDAD.



Se puede hablar de tres identidades específicas: la identidad homosexual, la identidad gay/lésbica y la identidad cristiana. Cada una de ellas produce determinados efectos en el comportamiento de las personas.


a) La identidad homosexual

Sus orígenes se remontan al s. XIX y se basa en la idea de que la atracción sexual entre personas del mismo sexo tiene una explicación biológica o psicológica.
Así pues, la «homosexualidad» no es un pecado, sino algo intrínsecamente enraizado en la persona.

El aspecto positivo es que el «homosexual» no es culpable de sus impulsos y por eso no tiene que justificarse por algo que hay en él.

El aspecto problemático de esta consideración es que, en el momento que construyo una identidad homosexual, ya no soy yo el que siente atracción por personas de mi mismo sexo, sino que hay algo en mí (mis genes, mis hormonas, mi predisposición física) que me lleva hacia las personas de mi mismo sexo.

Aunque no quisiese, mi predisposición me impone que sea así. Tengo que aceptarlo del mismo modo que otros aceptan, por ejemplo, una enfermedad mortal.

La identidad de toda persona «homosexual» está, por así decirlo, sometida a su naturaleza; es, en ese sentido, una identidad trágica.

El mensaje político: «No podemos hacer nada contra nuestro impulsos, tenéis que tolerarnos». (Nunca se han aducido pruebas científicas sobre el presunto origen genético, hormonal o psicológico de la atracción hacia personas del mismo sexo).

b) La identidad gay o lésbica

Los gays y las lesbianas no se preguntan por el origen de sus deseos. Sus deseos son así y ya está. No son algo extraño o impuesto, sino simplemente lo que desean.

No es una imposición, sino una elección libre. El aspecto positivo es que la construcción de una identidad gay o lésbica pasa por la construcción de una identidad propia, por la conciencia de la propia persona.

No es otra cosa que el derecho de toda persona de vivir según su inclinación, a condición de que esto no haga daño a otras personas.
No hay que avergonzarse. Y si se desea luchar contra la falta de respeto de sus derechos en la sociedad, entonces también se puede estar orgulloso: «orgullo gay».

El aspecto problemático: quien construye su propia identidad exclusivamente sobre la afirmación de los deseos sexuales se arriesga a limitar otros aspectos de su personalidad.

La identificación con un grupo de gays o lesbianas puede además limitar la construcción de una identidad individual.

El mensaje político: «Nosotros queremos lo que queremos y vosotros tenéis que aceptarlo».

c) La identidad cristiana

La identidad cristiana, en realidad, es una no-identidad. En este mundo, los cristianos «nunca se sienten como en casa» (Heinrich Böll), no se identifican con ellos mismos o con un grupo de personas, sino con Jesucristo, que enseña a «dar la vida por los amigos» (Gv 15,13).

Pero nunca nadie podrá decir que un cristiano es idéntico a Cristo. Cristo siempre es más grande que nosotros, por lo que quien se identifica con Cristo quiere crecer más allá de sus posibilidades, quiere transcender a su persona. Así dice Pablo: «Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí» (Gal 2,20)

Los cristianos están seguros de dos cosas:

1) que Dios los ama por lo que son y

2) que Dios confía en ellos mucho más de cuanto puedan confiar ellos mismos. Siguiendo a Cristo pueden dejar atrás sus pequeñas identidades humanas y convertirse, como Cristo, en amor verdadero.

Las personas que se orientan hacia personas de su mismo sexo no se esconderán, en cuanto que cristianos, detrás de la inocencia de una predisposición biológica, sino que admitirán delante de Dios que su orientación está determinada por el amor.

El mensaje político: «Para combatir la injusticia y el odio, hay que transformar toda relación humana en amor».



Reflexiones del teólogo Norbert Reck*

* Norbert Reck es redactor jefe de la edición alemana de la revista Concilium, enseña teología y filosofía en la Katholischen Stiftungs-fachhochschule de Múnich, es guionista radiofónico y un referente en las actividades educativas de carácter religioso de algunos periódicos. El 4 de octubre de 2008 presentó en Milán (Italia) el número de Concilium sobre “Las homosexualidades”.

Ha publicado numerosos libros sobre teología entre los que destacan: Abenteuer Gott. Den christlichen Glauben neu denken (Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 2003); Im Angesicht der Zeugen. Eine Theologie nach Auschwitz (Matthias Grünewald Verlag, 2002); Von Gott reden im Land der Täter. Theologische Stimmen der dritten Generation seit der Shoah (Wissenschaftliche Buchgesellschaft, 2001). Su página web es http://www.norbertreck.de/

"PAIS CANELA"
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