sábado, 5 de enero de 2013

¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE HOMOSEXUALIDAD ?



El tema de la homosexualidad es bastante actual y viene siendo tocado con cada vez más regularidad en la prensa, en los debates populares, llegando incluso a las telenovelas. El activo "movimiento gay" reivindica derechos, reconocimientos e igualdad. Sin embargo, es muy poco todavía lo que se ha trabajado teológicamente sobre esta problemática que urge la Teología Moral a dar respuestas adecuadas a las preguntas e inquietudes que surgen en torno a este comportamiento cada día más común, e incluso aceptado como normal, en nuestra sociedad.

Biología y Spicología no han sido capaces todavía de dar respuestas claras sobre el origen de dicho fenómeno. Esto torna el trabajo teológico aún más arduo, pues carece de bases antropológicas importantes para la comprensión global del problema. A todo esto se suma la necesaria atención pastoral y apoyo eclesial a las personas que viven esta realidad como postura sexual de vida. Como vemos, el tema es muy extenso y hay muchos campos abiertos para el estudio científico, pero me parece que hay uno que está en la base para toda reflexión teológico-moral seria: el estudio de lo que dice la Sagrada Escritura sobre esta problemática.

El posicionamiento de la Iglesia en general ha sido muy negativo en la valoración de este tipo de postura o comportamiento sexual. Históricamente hablando, la Iglesia cristiana, tanto católica como protestante, siempre ha condenado las prácticas homosexuales. Para ello se basaba por un lado en la filosofía natural, y por otro, en las mismas fuentes bíblicas. Ambos caminos han estado altamente cuestionados en las últimas décadas.

Todos los teólogos moralistas recurren, como no podía ser de otra forma, a la Biblia. Sus resultados, sin embargo, son bastante diversos. Este es el verdadero caballo de batalla. Para unos la reprobación moral de la homosexualidad no es discutible si queremos ser fieles al dato revelado. Para otros, los testimonios bíblicos del Antiguo y del Nuevo Testamento, bien leídos, no son definitivos. Y, en consecuencia, el tema sigue abierto. El problema de fondo, que pena en las reflexiones de los teólogos moralistas, es en definitiva, el siguiente:

"Si la referencia bíblica se diluye, la praxis pastoral se modifica. Si la cobertura bíblica no es 'negociable', el tratamiento pastoral tiene sus límites. El 'lógos' condiciona el 'ethos', y el 'ethos' condiciona la 'praxis' pastoral".

Por esto, en este estudio quiero centrarme en el análisis de los datos que la Biblia aporta sobre el tema. Algunos autores han llegado a afirmar que la Sagrada Escritura no aporta datos significativos ni decisivos que permitan llegar a un juicio negativo sobre la moralidad de la homosexualidad. Uno de los mayores representantes de esta tendencia, claramente rupturista con las posturas e interpretaciones tradicionales de la Iglesia, es J.J. Mc Neill, quien después de su análisis bíblico sobre la homosexualidad concluye:

"No parece haber una condena clara de tal relación en la Escritura: más aún, en tales circunstancias quizá pudiera admitirse que una relación homosexual satisface a los ideales positivos de las Sagradas Escrituras".
Una afirmación de este tipo merece un serio estudio exegético, y nos sirve de motivación. Buscaremos conocer sus posturas y las de otros teólogos, que en mayor o menor medida comparten este tipo de opinión, para a partir de esto juzgarlas críticamente, confrontándolas con las interpretaciones que otros teólogos también modernos hacen de los mismos textos bíblicos.

Definición:

Lógos: (en griego λóγος -lôgos- ) significa: la palabra en cuanto meditada, reflexionada o razonada, es decir: "razonamiento", "argumentación", "habla" o "discurso". También puede ser entendido como: "inteligencia", "pensamiento", "sentido".

Ethos: es una palabra griega (ἦθος; plurales: ethe, ethea) que puede ser traducida de diferentes maneras. Algunas posibilidades son 'punto de partida', 'aparecer', 'inclinación' y a partir de ahí, 'personalidad'.

Práxis: práctica,conducta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El ser homosexual NO ES PECADO, pecado es el mal uso que damos a nuestra sexualidad, seamos gay o heterosexuales. En el mundo gay se llega a llamar ZORRA, que prácticamente es el ASTUTO para conquistar y tener sexo sin freno, y se festeja el hecho, que a la final, LA ZORRA resulta ser un ser con una bajo estima tremenda tonto porque sigue las instrucciones de los que les falsean la realidad de lo que significa ser gay. En lo que mal se llama la comunidad GLBT se alaba la FALTA DE AMOR, la falta de respeto por si mismo, se promueve la falta de ética, la falta de moral. Estando en ese gremio se logra la perdida de dignidad humana.

Pero esto no solo es el gay que carece de personalidad, el hombre heterosexual, prácticamente y teniendo todo a SU FAVOR, cae en lo mismo, y hasta más bajo. Es el que más abusa de su sexualidad, incluso el que se da de religioso. Promueven también una promiscuidad excesiva que jamás entre ellos será condenada, presumen bobamente que es macho el que más sexo y parejas sexuales tiene. No respetan ni aman su cuerpo ni el de sus esposas. Su irresponsabilidad les lleva a ser causante de abortos por millares (Que prácticamente son asesinatos).

Por el mal uso del sexo y su inmadurez, usan la mujer solo como UN OBJETO, utilizan a la mujer como objeto sexual en la publicidad. Pagan por sexo para puedan satisfacer sus bajos instintos, y esto lo presumen. Predican que el Dios hizo al hombre y la mujer, pero jamás respetan a la mujer ni la ven como su compañera. La mujer sea cristiana, Judea , ondú o musulmana se volvió un ser a quién doblegar.

EL SEXO NO ES PECADO, PECADO ES EL MAL USO QUE LE DES, SEAS GAY O HETERO,
ES LA MISMA COSA.

Anónimo dijo...

Allí ambos amigos realizaron sacrificios en los altares de los héroes de la Ilíada, Alejandro honrando a Aquilesy Hefestión a Patroclo
, lo que es indicativo de cómo concebían su relación: Claudio Eliano
afirmaba que"«de esa manera Alejandro implicó que él (Hefestión) era su objeto de amor, como Patroclo lo fue de Aquiles».'"

DARIO CASTRO