Ser gay dentro de una de las congregaciones más conservadoras, homofóbicas y polémicas de todos los tiempos ha sido para mí como una pesadilla hecha realidad que hasta la actualidad que llevo 7 años en la misma, me ha afectado tan sicológicamente que a veces no soy capaz de articular las palabras correctas para describir todas las cosas que me han hecho sus lideres y algunos de sus miembros, motivo por el cual me veo obligado a redactar algunas palabras de mis vivencias dentro de esta religión, esperando que las mismas sean un empuje definitivo para muchas personas de alejarnos de estos grupos nefastos y hasta crueles al momento de sentirse con todo el derecho de juzgar las acciones ,sentimientos y errores de sus feligreses.
De por si mi vida ya fue lo suficientemente difícil antes de conocer esta religión por no ser el típico niño normal para muchos: maltrato verbal, físico y psicológico por parte de algunos miembros de mi familia, bullying en la escuela y en el colegio y por parte de algunas personas en el barrio donde vivo; para que luego aparezcan dos hombres de no más de unos 25 años de edad a ofrecernos una nueva oportunidad de vida que nos ofrecía un regalo eterno después de cumplir con ciertos mandamientos para obtener esa felicidad. Al inicio en lo personal fue como un regalo que me cambiaría la vida en segundos, pero no todo lo que ellos proponen alegrara tu vida para siempre.
Y así fue: Tener que lidiar después con el presidente de Rama (un rango dentro de la Iglesia) un líder homofóbico a quien le confié mis sentimientos más personales pensando que me ayudaría y no fue así, ya que a la primera que pudo y vio que había caído en mi primera experiencia sexual con otro varón lanzo contra mí a toda la doctrina mormona respondiéndome por un lapso de seis meses de todos los derechos de la misma. Transcurrido todo ese tiempo de suspensión parecía todo iría mejor, pero me equivoque de nuevo ya que mis altos y bajos en esta religión y mis deseos y sentimientos han seguido debatiéndose entre sí hasta ahora y para ponerle más ingredientes al caldo tener que aguantar a un grupo de personas negativas, criticas, difamadoras, cobardes, mal educadas y dispuestas siempre a aparentar lo que no son.
Mi vida fue haciéndose cada vez más difícil en este lugar y para rematar la constante presión hasta cruel de mi padre sobre mí y toda mi familia, dignas de la educación militar que recibió.
Luego vendría otra desdicha a empeorar más las cosas: Lideres nuevos al anterior mencionado me incitaron a cumplir una misión de tiempo completo cosa que acepte y di todo de mi: dinero invertido en exámenes y demás requisitos que se exigen para los supuestos "representantes de Cristo en la tierra" y que me llevo un tiempo muy largo, pero para mí valía la pena, pero quien iba a decir que vendría otra traba.
Otro líder de rango mayor: Un presidente de estaca, ósea un líder de todo un grupo de barrios de esta Iglesia seria quien apruebe si yo era el mejor postor al llamamiento y según él: Yo no lo fui o mejor. Debía presentar dos nuevos requisitos: Una prueba de VIH y una prueba psicológica para determinar mi orientación sexual, cosas prohibidas por la Constitución de muchos países y que sin embargo yo me las realice para recibir un rotundo NO y un cambio obligado en cuanto a que genero debería allegarme y que no es el que me atrae: El femenino.
Un ir y venir de infortunios de una religión que no es capaz de comprobar al menos hechos históricos del controversial Libro de Mormón, una religión que se jacta de ayudar a los más necesitados lo cual es una labor noble, pero invalida cuando hacen daño a sus creyentes con sus puntos doctrinales y más que nada una de las religiones que va ir perdiendo adeptos por los daños y perjuicios no solo ha hecho a mi persona, sino a varios que hemos sufrido la crueldad de los que se proclaman ser los "únicos escogidos"
Y así dejo este post para que sirva a muchos a que definitivamente no les demos más lado a estas religiones, ya tuvieron un Éxodo masivo donde miles de miembros cansados de sus puntos doctrinales se retiraron de aquella Iglesia.
Espero de verdad que las cosas comiencen a cambiar y que los implicados rindan cuentas de sus errores y daños a muchas personas.
Yo llegue al límite de mi paciencia y por amor propio y respeto a mí mismo ya no pienso seguir dándoles la importancia que alguna vez les di a estos personajes.
Miguel Ángel Inca
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